Tal día como hoy 11 de marzo de 2004 a
partir de las 7:37 y durante varios minutos, diez bombas explotaron
en cuatro trenes de cercanías de Madrid ocasionando el peor atentado
terrorista de la historia de España y el segundo más grave de
Europa.
Murieron 191 personas y más de 1 800
resultaron heridas. y aún podía haber sido peor ya que la célula
terrorista de Al-Qaeda pretendía hacer explotar 13 bombas, pero tres
de ellas fallaron.
Los yihadistas colocaron a primera hora
de la mañana las bombas en los trenes, escondidas en mochilas y
bolsas y las explotaron casi a la vez: entre las 7:37 y las 7:40. Los
diez artefactos estallaron en las estaciones de Atocha, El Pozo y
Santa Eugenia.
Las dos bombas que no estallaron se
detonaron de manera controlada en la estación de Atocha y de El
Pozo. La última se encontró la madrugada del 12 de marzo en la
comisaría de Vallecas y fue desactivada en un parque cercano. Este
hallazgo fue clave para saber qué explosivo usaron los terroristas.
El viernes 12 de marzo, los españoles
se echaron a la calle para manifestarse contra la barbarie. Se
contabilizaron casi 12 millones de ciudadanos en todas las ciudades
del país, en las que se consideran las mayores manifestaciones de la
historia de la democracia.
Estos atentados, conocidos como 11-M,
sucedieron solo tres días antes de las elecciones generales. En un
principio, el Gobierno, con José María Áznar como presidente y
Ángel Acebes como ministro del Interior, atribuyó la matanza al
grupo terrorista ETA.
La investigación policial se centró,
sin embargo, en Al-Qaeda y el 13 de marzo se producían los primeros
arrestos.
Las votaciones se iban a celebrar el
día 14 y la mayoría de los españoles, se mostraba contraria al
apoyo de Aznar a la invasión de Irak, liderada por Estados Unidos,
con mandato de las Naciones Unidas.
La conexión entre el apoyo de Aznar al
presidente estadounidense George Bush y el 11-M fue inevitable y
favoreció al Partido Socialista Obrero Español, quien se había
opuesto firmemente a la guerra.
El 14 de marzo el PSOE obtuvo una
victoria inesperada en las urnas y un sorprendido José Luis
Rodríguez Zapatero, se convirtió en el nuevo presidente de España.
Siete de los terroristas que pusieron
las bombas se inmolaron semanas después, el 3 de abril, en un piso
de Leganés, matando a un GEO, la víctima 192 del 11-M.
En octubre de 2007, 18 fundamentalistas
islámicos de origen principalmente norteafricano y tres cómplices
españoles fueron condenados por el 11-M, mientras otros siete fueron
absueltos.
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