lunes, 2 de marzo de 2020

Mijaíl Gorbachov y la disolución de la URSS

Tal día como hoy, 2 de marzo de 1931 nació en la localidad de Privólnoye - por entonces dentro de la URSS- Mijaíl Sergeyevich Gorbachov, quien pasaría a la historia por poner fin a la Guerra Fría y propiciar el desmantelamiento de la Unión Soviética que él mismo dirigía.

De origen humilde, entró en la Liga Juvenil Comunista en 1946 y fue ganando importancia dentro de la organización ocupando distintos cargos hasta que se marchó a Moscú para cursar estudios de Derecho, los cuales concluyó en 1955.

Regresó a su tierra natal y siguió ascendiendo en el partido dentro de la organización regional de Stavropol hasta que pasó al Comité Central del PCUS en 1971, donde ganaría fama como una de las figuras más destacadas del Politburo -máximo órgano ejecutivo de la URSS-.

Tras la secretaría de Andropov, y de Chernenko, Gorbachov era el sucesor indiscutible para secretario general del PCUS. Durante sus primeros momentos intentó promover una reestructuración del funcionamiento del gobierno y una reactivación de la economía.

Al ver que estas medidas superficiales no propiciaban los resultados deseados, Gorbachov comprendió que eran necesarias reformas profundas que, inevitablemente, provocarían la apertura y desaparición de la Unión Soviética como se la entendía desde antes de la Segunda Guerra Mundial.

El plan de Gorbachov se estructuró bajo el paraguas del glasnot -apertura- y la perestroika - reestructuración-, enfocadas a propiciar una democratización e independencia de los países miembros de la URSS y un abandono de las medidas intervencionistas y proteccionistas propias del bloque comunista.

En la política exterior, la Unión Soviética y los Estados Unidos estuvieron más cerca que nunca y mostraron claros síntomas de “descongelación”.

Mijaíl Gorbachov recibió el Nobel de la Paz en 1990 por el papel que había jugado para poner fin a las tensiones con Estados Unidos y democratizar la URSS y se mantuvo en el poder hasta 1991.

Curiosamente, muchas de sus medidas fueron vistas como propias de un traidor por los sectores más duros de la vieja guardia soviética y pasó a perder cualquier tipo de relevancia o influencia política.

En 1996 se presentó a las elecciones a presidente y obtuvo menos del 1% de los votos.


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