Cuando el 11 de octubre de 1937, los soldados del 4.º Tabor de Regulares de la V de Navarra, cruzaron el Sella a la altura del pueblo de Tornín, la Guerra Civil en Asturias había dado un paso decisivo, en cuanto a su desenlace.
Un día más tarde, la frontera del Sella iba a ser de nuevo traspasada por la zona de Les Roces, muy cerca del pueblo de Sobrepiedra, y ambas unidades militares confluirían en la toma, sin mayores problemas, de Arriondas.
De ahí al 21 de octubre, cuando los nacionales entran en Gijón y con ello se apoderarían al completo del frente norte, pasarían nueve días de lucha, algo que sorprende al historiador Luis Aurelio González Prieto, autor del libro "La batalla del oriente de Asturias"
Las tropas franquistas, se habían encontrado mucha menos resistencia de la prevista, en el referido frente norte. Los vascos aguantaron hasta la toma de Bilbao y acabaron protagonizando su derrota, con el Pacto de Santoña. En Cantabria hubo paseo militar, sin apenas contratiempos.
"La masa de maniobra franquista que se les venía encima por el Orient, a las maltrechas unidades republicanas era de unos 33.000 hombres, apoyados por una potente artillería y con gran apoyo aéreo, en la que se incluían un buen número de escuadrillas de la aviación nacional, así como los aparatos modernos de la Legión Cóndor alemana",
Cuando las brigadas navarras, llegan a Peñamellera se encuentran con resistencias más o menos afortunadas, y más al Occidente, El Mazucu se convirtió, en la referencia principal, de los acontecimientos bélicos en la zona.
Los primeros choques, se producen el 6 y el 7 de septiembre de 1937. En la zona montañosa asturiana funcionan con eficacia las brigadas republicanas mandadas por Manolín Álvarez y Manolín Alonso o la I Brigada Móvil de Carrocera. La Brigada Vasca logra frenar durante dos días, los ataques de la I de Navarra, y aquellos acontecimientos fueron un aporte de oxígeno, a la maltrecha moral republicana.
Pero todo fue un espejismo. La batalla del Mazucu, con ser importante, tan sólo retrasa en una semana los planes de avance, de las tropas franquistas. Se duda, incluso, que estemos ante el episodio bélico de mayor intensidad en la zona.
La resistencia asturiana en el Oriente, cuenta con menos recursos de organización y armamento que sus atacantes, pero en ocasiones se vuelve muy efectiva, con la complicidad del conocimiento del terreno.
El 19 de octubre, la V de Navarra de la División Solchaga y las tropas de la III de Navarra, de la Agrupación que dirige el general Muñoz Grandes, consiguen enlazar en Infiesto y las vanguardias de la IV, ya acechan Villaviciosa.
Al día siguiente, 20 de octubre, el Consejo Soberano de Asturias y León acuerda la evacuación, y todos aquellos que habían pregonado a los cuatro vientos, la necesidad de resistir hasta la muerte al fascismo, desde sus cómodos puestos de la retaguardia, son los primeros que se lanzan sobre los muelles, para subirse a los escasos barcos que en ellos hay fondeados.
La pinza militar franquista en el norte español, estaba marcada por las operaciones de las brigadas navarras por un lado -frente oriental- y las gallegas por el otro -frente occidental-.
Gijón fue la última pieza, pero la guerra no acabaría en Asturias ese 21 de octubre de 1937, porque la represión iba a ser de una dureza, implacable e iba a durar varios años.
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