Tal día como hoy 29 de enero de 1998, se hace pública la sentencia del Tribunal Supremo a favor de la continuidad del "toro de Osborne", indicando que su silueta "ha superado su inicial sentido publicitario y se ha integrado en el paisaje".
"El toro de Osborne", es la figura de un toro de lidia de unos 14 metros de altura, ideada como valla publicitaria de carretera para promocionar el brandy de Jerez “Veterano” del Grupo Osborne.
Las vallas están repartidas por la geografía española, junto a carreteras y sobre cerros, para favorecer de ese modo su visión y aunque la función inicial era publicitaria, con el paso del tiempo, traspasando los límites de la marca comercial, se ha convertido en un símbolo cultural de España.
En 1958 comienzan a colocarse las primeras vallas, de madera con 4 metros de altura, los cuernos pintados de blanco y un rótulo que anunciaba la bebida, pero puesto que las condiciones meteorológicas dañaban la madera, se construyeron chapadas en metal y en 1962 llegan a medir cerca de 14 metros de altura.
En 1994, se publica el Reglamento General de Carreteras que ordena retirarlos, aunque varias comunidades autónomas, municipios, asociaciones culturales, artistas, políticos y periodistas se pronuncian a favor de su mantenimiento, pidiendo la Junta de Andalucía su catalogación como “bien cultural” y la Comunidad Navarra se ampara en una Ley Foral para mantener el toro en su territorio, mientras el Congreso de los Diputados lo declaró “patrimonio cultural y artístico de los pueblos de España”.
El Tribunal Supremo falló por su mantenimiento, debido al “interés estético o cultural”, mientras los nacionalistas periféricos lo asocian al nacionalismo español, por lo que los independentistas catalanes lo boicotean, derribando el único situado en Cataluña - en El Bruc - mientras adoptaron como símbolo propio al burro catalán.
Ha habido numerosas polémicas a cuenta del toro, como uno en Mallorca, que fue pintado con los colores de la bandera gay y se le retiran los testículos o en Galicia, donde alguno fue considerado también “símbolo de españolismo”
En la actualidad, existen 91 toros de Osborne distribuidos por España, siendo Andalucía la comunidad que más tiene con 23.
La imagen del toro, suele aparecer en pegatinas en la parte trasera de los automóviles, camisetas, gorras, llaveros, ceniceros, postales, azulejos etc. e incluso en la bandera española a modo de escudo, viéndose a menudo en las misiones internacionales de los soldados españoles.
Al ser un logotipo comercial, ninguna empresa puede reproducir la imagen sin una autorización y numerosas sentencias judiciales, han confirmado la plena vigencia de los derechos de marca del Grupo Osborne sobre la imagen del toro.
En el 2005, transformaron el cartel del Toro de Osborne en Cáceres, en una vaca suiza, pintando unas manchas blancas y colocándole unas ubres de chapa de color rosa, según dijeron, para criticar la violencia de género o la discriminación sexual.
Una vez más en nuestro país – como siempre sucede con cualquier cosa – la polémica está servida.
Una curiosidad muy bien relatada de esta España cañí y anti-cañí.
ResponderEliminarSentirse no español es distinto de sentirse anti-español. Los naZionalistas de campanario y aldea necesitan proclamarse anti-españoles. Esto incluso puede ampliarse a la comunidad autónoma e incluso al pueblo natal. ¿Cómo explicar que ante determinados "símbolos andaluces", un servidor pueda sentirse 'no andaluz'? Pues así es. (Con otros muchos conceptos e ideas sí me siento muy andaluz. No sé si me explico).
ResponderEliminarTe explicas perfectamente Pedro, sobre todo para aquel que quiera entender. Luego hay algunos que no quiere hacerlo, porque no respetan las ideas de los demás, pero eso de siempre se llamó "tolerancia", que es un término para ellos desconocido
EliminarEn esta España nuestra, se discute sobre cualquier cosa: menos de los verdaderos problemas. Somos como somos y no lo podemos remediar. Ni nadie nos podrá hacer ver la pura realidad, para nosotros la pura realidad es, el llevarnos la contraria.
ResponderEliminarSin duda Manuel. Somos el chiste del concejan que llega tarde al pleno: "¡Yo no sé de que están ustedes hablando, pero desde este momento, me opongo..!"
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