Tal día como hoy 20 de enero de 1401, entra en funcionamiento en Barcelona la "Taula de Canvi".
La “Tabla de Cambio” - dicho en castellano - era el lugar de cambio de monedas y divisas y fue una institución financiera, precedente directo de los bancos públicos, que apareció en distintas ciudades de la Corona de Aragón, como Barcelona, Valencia o Gerona, en el siglo XV, en respuesta al aumento del comercio y los viajes de larga distancia, tanto terrestres como marítimos, por lo que en la lonja de Barcelona se abrió la llamada”Taula de Canvi”, que era una mesa, cubierta con un tapiz con el escudo de la ciudad, constituyéndose en el primer banco público de Europa.
El rey de Aragón Martín I “el Humano”, autorizó el 1407, la creación de la Taula de Canvis i Depòsits en Valencia, a imitación de la de Barcelona, pues la actividad mercantil de Valencia era entonces mayor que la de Barcelona, llegando a emitir en 1471, las que posiblemente sean las primeras letras de cambio de Europa y en 1445, se estableció en Gerona otra “taula de canvis”.
En el siglo XIV y XV, las operaciones mercantiles tenían carácter particular, sin intervención de las instituciones, lo cual ocasionaba quiebras; variación en los cambios de moneda, morosidad en los pagos, devoluciones, usura, etc, por lo que los magistrados de las ciudades de Barcelona y Valencia, solicitaron al rey un organismo regulador que sirviera de depósito de alhajas, cambio de moneda, deposito de fondos públicos y rigiera la actividad mercantil de ambas ciudades, la cual estaba bajo la autoridad del “Consell de la Ciutat” o Ayuntamiento.
Esta institución, era dirigida por dos regidores y dos escribanos, que se encargaban de la contabilidad, guardándose el dinero en una caja de madera y realizándose las operaciones sobre una mesa, de donde proviene su nombre.
En la actividad mercantil había prestamistas, cambistas y banqueros que realizaban préstamos al consumo a gente del pueblo, pequeños burgueses, clérigos... y el receptor del dinero entregaba en garantía objetos personales: vajilla, vestidos, muebles, etc.
Los cambistas, se dedicaban a cambiar moneda y comerciar con metales preciosos, en forma de lingotes, determinando el precio y ejerciendo importante influencia sobre el mercado del oro y la plata, actividad muy seria y donde los fraudes, engaños, estafas, falsificación de moneda o impagos eran severamente castigados por ley.
Para los infractores, en 1400 se estableció que cualquier banquero en bancarrota, sería humillado públicamente por toda Barcelona por un pregonero y forzado a vivir a dieta de pan y agua hasta que devolviese la cantidad completa de sus depósitos y en el 1401, se decidió que estarían obligados a obtener fianzas y garantías de terceros para poder operar, y los que no las tuviesen no se les permitiría “extender un mantel sobre sus mesas de trabajo”, con el fin de señalar a todos que no eran tan solventes como los que usaban manteles y, cualquiera que vulnerase esta norma, sería culpable de fraude.
Los banqueros - como ahora - pronto empezaron a saltarse las normas y a engañar a sus clientes, por lo que, para su castigo, en 1421 se estableció que los que no cumpliesen sus compromisos y no pagasen sus deudas en un año, serían pregonados por toda Cataluña y después, decapitados frente a su mostrador y sus propiedades vendidas para pagar a sus acreedores, o se le arrancaría la lengua y se le amputaría el brazo y, en caso de falsificación de moneda se le castigaba con la amputación de la mano derecha, la hoguera o la deportación.
En la actualidad, los banqueros. aunque ha cambiado el código penal, siguen declarándose en bancarrota y arruinando a miles de familias y – salvo casos aislados recientes - quedan inmunes, sanos y salvos como si nada hubiese pasado.
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