viernes, 15 de enero de 2016

Luisa Isabel, la singular esposa de Luis I “El bien amado”

Tal día como hoy 15 de enero de 1724, Luis I de Borbón, a los quince años, es proclamado rey de España.

Este rey, fue llamado el “ Bien Amado” o “el Liberal”, y su reinado, que duró 229 días, fue el más efímero e inútil de la historia española, después del de Felipe “el Hermoso”, el esposo de Juana “la loca”.

En 1722, con quince años, Luis contrajo matrimonio por poderes con Luisa Isabel de Orleans, princesa francesa con apenas doce años, la cual no despertaba simpatías en la corte dadas sus extravagancias y exhibicionistas costumbres.
  
Luisa Isabel de Orleans, reina consorte de España, fue conocida en la corte española, sobre todo, por su comportamiento inapropiado debido al "trastorno límite de la personalidad" que padecía, por lo que, al poco tiempo, los miembros de la corte empezaron a llamarla “la reina loca”.

Había nacido en el Palacio de Versalles, y antes de su matrimonio, era conocida como Mademoiselle de Montpensier y debido a que casi nadie le prestó atención cuando era niña, Luisa Isabel recibió poca educación y al igual que su hermana menor, Diana, fue educada en un convento.

En 1721, con apenas doce años, contrajo matrimonio por poderes con el futuro rey Luis I de España, que contaba con quince años de edad y a pesar de la fría acogida de la familia real española, especialmente por parte de Isabel de Farnesio, la madrastra de su futuro marido, se casó con Luis el 20 de enero de 1722.

Desde su llegada a la Corte española, Luisa Isabel, protagonizó numerosos incidentes, como pasearse sin ropa, eructar, ventosear en público, ser maleducada y grosera en su trato, correr por los pasillos de manera alocada o subirse a los árboles sin ropa interior, síntomas todos ellos, que evidenciaban el trastorno de la personalidad  y la bulimia que padecía.

Se presentaba ante toda la corte sucia y maloliente, negándose a utilizar ropa interior e intentaba provocar al personal exponiendo sus partes íntimas de un modo sibilino. También se dice que se negaba a tocar la comida en la mesa, pero luego se escondía y engullía de modo compulsivo todo lo que encontraba a mano, fuera o no comestible.

Su comportamiento parecía empeorar con el tiempo, ya que de la noche a la mañana se la ve limpiando pañuelos, cristales, baldosas, azulejos y tejidos de toda índole en el palacio y los súbditos presentes veían atónitos, cómo la soberana se desnuda, agarra su vestido y se afana en limpiar con él los cristales del salón.

Tras la muerte de Luis por causa de la viruela, el 31 de agosto de 1724, su padre Felipe V volvió al trono y la joven reina viuda, fue enviada de regreso a Francia, ya que su estancia en España era ya inútil, además de que gozaba de nula simpatía en la Corte, mientras  que sus rarezas y extravagancias iban en aumento.

Ejemplo de ello, es un informe sobre la reina del embajador francés enviado a la corte de Francia.

“La Reina lleva puesta nada más que una fina enagua cuando, de pronto, se le ocurre encaramarse en lo alto de una escalera de mano que apoya sobre el tronco de un manzano. Desde allí arriba pide socorro a grandes voces. Uno de los mayordomos acude en su auxilio, encontrándose de bruces con las posaderas de su majestad. Estaba subida en lo alto de una escalera y nos mostraba su trasero, por no decir otra cosa. Creyó caerse y pidió ayuda; el mayordomo la ayuda  a bajar delante de todas las damas, pero, a menos de estar ciego, es evidente que vio lo que no buscaba ver y que ella tiene por costumbre mostrar libremente”

Como puede verse, era una auténtica joya, esta efímera reina consorte de España.

3 comentarios:

  1. En todas las épocas han existido personas algo o mucho perturbadas, y sin poder evitarlo porque pertenezcan a altos niveles jerárquicos. Que fue un mal ejemplo para España en aquel momento ¡Pues SI!

    ResponderEliminar
  2. Desde luego que a veces toca en la lotería... sin meter.

    ResponderEliminar
  3. Pues vaya con la joven reina , un poco descocada no ?

    ResponderEliminar