Tal día como hoy 5 de septiembre de 1972, tiene lugar la llamada “masacre de Múnich” durante los Juegos Olímpicos de la ciudad.
Un comando terrorista palestino denominado “Septiembre Negro” tomó como rehenes a once integrantes del equipo olímpico de Israel y ocasionó la muerte de los once atletas, cinco terroristas y de un oficial de la policía alemana.
Mientras los deportistas dormían, ocho miembros del grupo terrorista con chandal, escalaban la verja del complejo, ayudados por deportistas estadounidenses que creían que eran atletas que volvían tras una noche de diversión.
Después de asesinar a dos, tomaron como rehenes a nueve integrantes del equipo israeli, exigiendo la liberación de 234 palestinos presos en cárceles judias y su traslado a Egipto.
Israel se negó a negociar y el plazo para asesinar a los deportistas se fijó en cinco horas, mientras las autoridades alemanas, fingieron llegar a un acuerdo y transportaron a los asaltantes y a sus rehenes a una base aérea donde un avión de Lufthansa, vacío, les esperaba.
Pese a que los francotiradores alemanes elegidos carecían de preparación en este tipo de acciones, cuando los terroristas advirtieron que el avión estaba vacío, el aeropuerto se iluminó y se dio orden de abrir fuego.
En el tiroteo, dos secuestradores y un policía murieron y uno de los terroristas saltó del primer helicóptero lanzando una granada a su interior matando a cuatro atletas israelíes y un piloto. Los rehenes del segundo helicóptero y dos terroristas murieron también y otros tres fueron capturados vivos, pero el 29 de octubre, un avión de Lufthansa fue secuestrado, para exigir su liberación, siendo puestos en libertad por Alemania.
La respuesta israelí fue fulminante: La primera ministra Golda Meir ordenó al Mossad – servicio secreto israelí - matar, allí donde estuviesen, a los miembros de Septiembre Negro y del Frente Popular para la Liberación de Palestina que organizaron la matanza.
El primero en caer fue el representante de OLP en Italia. En diciembre, sería el representante de la OLP en París mediante una bomba bajo su escritorio. En los tres meses siguientes, cuatro integrantes de la OLP y la FPLP fueron asesinados en Chipre, Grecia y París. En abril de 1973, un grupo de comandos israelíes desembarcó en el Líbano y en Beirut acabaron con la vida de los tres palestinos liberados en Munich, volaron el cuartel general del FPLP en la ciudad y una fábrica de explosivos de Al Fatah.
En junio de 1973, el argelino Mohammad Boudia, encargado de las operaciones de Septiembre Negro en Europa, fue asesinado en París con un coche bomba y el 22 de enero de 1979, el Mossad daría con el paradero de Salameh – otro líder - asesinándole con un coche bomba.
Una vez más se demostró con esto, que la violencia solo engendra más violencia.
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