Tal día como hoy 8 de septiembre de 1380 tiene lugar que Batalla de Kulikovo entre los rusos y los tártaro- mongoles de la “Horda de Oro”.
En esta batalla, los rusos dirigidos por el gran príncipe de Moscu, Dmitri Donskói, vencieron por vez primera a los tártaro- mongoles al mando del Kan Mamai.
El Kan Mamai, inquieto por los informes que recibía en su corte sobre una pretendida alianza rusa contra él, convocó a Dmitri a su capital - Sarai- con el fin de asesinarlo.
Recelando la intención el príncipe se negó a ir, e hizo matar a los embajadores del Kan, lo que suponía un conflicto abierto con este.
El enfrentamiento entre los dos ejércitos comenzó con éxito para el lado mongol y Dmitri, creyendo perdida la batalla, dio la orden desesperada al ejército de reserva de atacar, pero fue convencido de no hacerlo hasta que el sol poniente cegase a los mongoles.
Tres horas después, cuando el sol empezó a descender, con el ejército de Dmitri al borde del hundimiento, la reserva rusa se lanzó a la ofensiva atacando a los enemigos cegados y acabando con el ejército mongol y aunque el Gran Kan logró escapar herido a Crimea, fue allí asesinado por sus enemigos.
Esta victoria se considerada como el inicio del fin del dominio mongol sobre Rusia y tuvo una enorme importancia espiritual para la unificación del país, pues los rusos habían ido a la batalla como miembros de varios principados independientes y volvieron de ella como la nación rusa unida.
Su significado fue al tiempo de una gran importancia simbólica, pues era la primera gran derrota de los tártaro-mongoles en Rusia pese a que, a nivel militar, no fue definitiva, pues consiguieron rehacerse hasta el punto de saquear Moscú dos años después.
La estimación que el medievo se hizo del enfrentamiento, fue de 60.000 combatientes rusos y 150.000 mongoles, sin embargo la moderna historiografía estima las fuerzas en unos 30.000 hombres por ambas partes, y unas bajas de 8.000 muertos rusos y 10.000 mongoles.
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