Tal día como hoy 13 de septiembre de 1584, se termina de construir el Monasterio y Palacio Real de El Escorial, iniciado en 1563 por orden del rey Felipe II, en conmemoración de la batalla de San Quintín.
Las motivaciones que llevaron a Felipe II a construir el Monasterio, fueron básicamente dos: por una parte el deseo de cumplir una promesa de construir un templo en acción de gracias por la victoria de la batalla de San Quintín contra los franceses, acaecida en agosto de 1557, día de San Lorenzo.
En segundo lugar los deseos de su padre Carlos I, que si bien había querido ser enterrado en la Capilla Real de la Catedral de Granada, a última hora cambió de idea y quiso serlo, junto con su esposa Isabel de Portugal, en el Monasterio de Yuste - Cáceres - pero dejó la decisión final en manos de su hijo Felipe II que ordenará que el Escorial se convirtiera en el Panteón Real de la dinastía de los Austria, comenzando por su padre.
El lugar escogido para la construcción fue una zona situada en la Sierra de Guadarrama que llevaba el nombre de Escorial, nombre que parece venir de las escorias - restos de fundición - que existían debido a las numerosas herrerías allí instaladas.
En la actualidad el monasterio está regido por una congregación de monjes agustinos, pero desde su creación los encargados del Monasterio fueron los monjes jerónimos, orden muy ligada desde siempre a la monarquía española que hicieron su entrada en el monasterio del Escorial en el año 1571.
El Monasterio es un complejo que incluye un palacio real, una basílica, un panteón, una biblioteca y un monasterio y se levantó en la localidad de San Lorenzo de El Escorial, en la actual Comunidad de Madrid, siendo construido entre 1563 y 1584.
El palacio fue residencia de la Familia Real Española y su basílica lugar de sepultura de los reyes de España y es una de las más singulares arquitecturas renacentistas de España y de Europa, ocupando una superficie de 33.327 m², sobre la ladera meridional del monte Abantos, a 1028 m de altitud, en la Sierra de Guadarrama, siendo gestionado en la actualidad por Patrimonio Nacional.
Conocido también como Monasterio de San Lorenzo El Real, o, sencillamente, El Escorial, fue ideado en la segunda mitad del siglo XVI por Felipe II y su arquitecto Juan Bautista de Toledo, aunque posteriormente intervinieron Juan de Herrera, y otros.
El rey concibió un gran complejo multifuncional, monacal y palaciego que, fue plasmado por Juan Bautista de Toledo según el paradigma de la Traza Universal, que dio origen al estilo herreriano.
Fue considerado, desde finales del siglo XVI, la “Octava Maravilla del Mundo”, tanto por su tamaño y complejidad funcional como por su enorme valor simbólico ya que su arquitectura marcó el paso del plateresco renacentista al clasicismo desornamentado.
Sus pinturas, esculturas, cantorales, pergaminos, ornamentos litúrgicos y demás objetos suntuarios, sacros y áulicos hacen que El Escorial sea también un museo.
El Escorial es la cristalización de las ideas y de la voluntad de su impulsor, el rey Felipe II, un príncipe renacentista.
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