El bombardeo del 25 de mayo, fue uno de los ataques aéreos más sangrientos e indiscriminados ocurridos durante toda la Guerra Civil, con un balance de víctimas mortales inexacto, que actualmente se cifra entre los 275 y 300 muertos y más de 1000 heridos.
Entre los documentos conservados en el Archivo Municipal de Alicante, se encuentra uno realizado por las autoridades franquistas, en el que se da la cifra de 393 muertos y en la placa recordatoria colocada por el Ayuntamiento en la Plaza del 25 de mayo, se habla sin embargo de 311 muertos.
Según entrevistas posteriores a los supervivientes, las escenas por tanta destrucción fueron dantescas, pues el bombardeo formaba parte de la campaña de terror ordenada por el bando nacional, cuando las tropas rebeldes alcanzaron el Mediterráneo y comenzaron el avance sobre Valencia.
Por esas mismas fechas, hubo bombardeos sobre otras poblaciones civiles en toda la costa mediterránea, a cargo de aviones italianos con base en Mallorca, que no cesaron hasta que se inició la Batalla del Ebro, en julio de 1938.
El 25 de mayo alrededor de las 11’15 horas, entre 7 y 9 aviones italianos, al servicio del bando nacional procedentes de Mallorca, lanzaron sobre el centro de la ciudad alrededor de 90 bombas, algunas de las cuales impactaron en el Mercado Central, que dada la hora, estaba repleto de gente.
Las sirenas no avisaron, pues los aviones no entraron por el mar como era habitual, sino que lo hicieron desde el interior, no siendo detectados por las escuchas antiaéreas orientadas hacia el Mediterráneo y aunque la ciudad contaba con refugios antiaéreos con capacidad para más de 30.000 personas, esa mañana nadie pudo alcanzarlos.
El bombardeo tuvo gran repercusión internacional y el gobierno republicano presentó una nota de protesta a Francia y el Reino Unido, formando los ingleses una comisión de investigación para conocer las circunstancias del ataque, dictaminando que había sido "ataque deliberado a una zona civil".
Resulta curioso que el bombardeo de Guernica – con menos victimas mortales - ha sido recordado siempre gracias al cuadro de Picasso, mientras que el de Alicante ha permanecido en la ignorancia y el olvido y las víctimas en su mayoría, fueron enterradas en fosas comunes permaneciendo sin lápida ni recordatorio, hasta el año 1995.
En la actualidad, tan sólo una modesta placa de cerámica en la pared del Mercado Central recuerda a las víctimas del bombardeo y si entramos en el interior del mercado, observaremos también la sirena antiaérea, que no llegó a sonar, junto al reloj que marca la hora del bombardeo.
“(...) Estaba en Correos cuando comenzó la pesadilla. Me desplacé al mercado, para ayudar en lo que pudiera y me quedé paralizado de horror. Entre varios, trasladamos algunos heridos a la Casa de Socorro, pero ya no había sitio para más. Hasta las aceras próximas se hacinaban los moribundos, entre gritos de dolor y de espanto... De aquella terrorífica visión, nunca podré borrar de mi memoria la expresión de un niño que recogimos, con su carita ensangrentada, que no quería morir.” (Relato de un testigo de los hechos)
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