Entre 1500 y 1502 Colón, sintiéndose acosado por sus enemigos, lanzó una operación de imagen y en 1501, su amigo Pedro Mártir redactó la que se puede considerar la "biografía oficial" del Almirante.
Buscando ganarse afectos, el año siguiente, Colón legó el 10% de sus rentas a la ciudad de Génova para ganarse su favor mientras mercaderes genoveses aportaron la financiación necesaria para un nuevo viaje de exploración a las Indias.
El cuarto y último viaje de Cristóbal Colón partió desde Sevilla el 3 de abril de 1502, se dirigió hacia la Puebla Vieja y posteriormente se mantuvo ocupado en Sevilla para asuntos de municiones y tripulación mientras los navíos aguardaban en Cádiz, de donde zarparon.
El 25 de mayo hicieron escala por Gran Canaria y, tras una travesía de 21 días por el Atlántico, llegaron al Caribe, recalando en una bahía de La Española. En este viaje Colón exploró las costas de las actuales Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá y desde este golfo intentó retornar a La Española pero una tormenta lo hizo desembarcar en Jamaica, donde permaneció hasta 1504.
En 1503, en su último viaje por las Antillas Mayores, descubrió las islas llamadas actualmente Caimán Brac y Pequeño Caimán -pues Colón nunca vio la isla de Gran Caimán-, que recibieron el nombre de Las Tortugas, por el gran numero de animales de esta especie que vieron en ella y en sus alrededores, regresando en 1504 a Sanlúcar de Barrameda.
Siguiendo las costumbres vigentes en esos tiempos, las relaciones de Cristóbal Colón y sus hombres con otros pueblos y tierras se regían por las posibilidades de conquistarlas para el reino al que representaban.
A su vuelta de este viaje, Colón hundido en la máxima miseria y desposeído de todos los títulos que había logrado obtener, el 20 de mayo del año 1506 fallecía en Valladolid a la edad de 55 años, sin saber que había encontrado un nuevo continente, el cual además nunca llevaría su nombre, sino el de otro explorador, Américo Vespucio.
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