Tal día como hoy 22 de octubre de 1383, en Portugal comienza la guerra civil, al morir sin heredero varón el rey Fernando I, que concluiría con la total independencia portuguesa tras la Batalla de Aljubarrota.
El 22 de octubre, el rey Fernando murió y para asegurar la sucesión al trono de Portugal, de Beatriz, su hija, la Corte portuguesa pactó el matrimonio entre esta y Juan I de Castilla. Las capitulaciones matrimoniales se realizaron el 2 de abril de 1383, y en ellas se estipulaba que a la muerte de Fernando I sin hijos varones, la corona pasaría a Beatriz y su marido se intitularía rey de Portugal.
El inicio de hostilidades, lo llevaron a cabo en diciembre de 1383, facciones favorables a Juan de Avís, cuando el pueblo de Lisboa, Oporto, Évora, Beja y otros municipios se levantaron a favor de este, viéndolo como el candidato nacional, frente a Juan, hijo de Inés de Castro, que tuvo apoyo de la nobleza de Beira, mientras Juan I de Castilla entró en Portugal ocupando Santarém y tomó el control del país.
La resistencia se enfrentó al ejército castellano el 6 de abril de 1384 en la batalla de Atoleiros, favorable a los portugueses, pero la victoria no fue decisiva y Juan I se dirigió a Lisboa en mayo y asedió la capital, bloqueando el puerto ya que sin él capital y las riquezas del comercio, no se podía hacer mucho para liberar al país de manos castellanas.
Juan de Avís se dedicó entonces a la ofensiva diplomática y la política internacional jugó un importante papel en los asuntos portugueses, ya que el conflicto traspasó las fronteras y Juan de Avís fue a buscar ayuda en Inglaterra.
Mientras era asediada por las tropas castellanas, Lisboa se enfrentaba a la hambruna y la ciudad no tenía esperanzas de que el ejército de Juan de Avís, que aún era pequeño, pudiera liberarla. Pero el asedio no solo era nefasto para Lisboa, ya que el propio ejército castellano sufría de hambrunas y de la peste bubónica y Juan I tuvo que abandonar el asedio regresando a Castilla y Lisboa quedó libre.
Con todo aparentemente de su lado, Juan de Avís convocó a las cortes en Coímbra y fue proclamado décimo rey de Portugal, en un acto de rebeldía contra las pretensiones castellanas. Juan I de Castilla, viendo que el uso de la fuerza era la única manera de imponerse, organizó un gran ejército para invadir Portugal a través del norte. El poder de los números estaba de su parte: 30.000 castellanos contra 6.000 portugueses.
Mientras tanto, los ejércitos portugueses con refuerzos ingleses, se unieron en la ciudad de Tomar y se tomó una decisión: no se podía permitir que los castellanos asediaran Lisboa de nuevo, ya que la ciudad caería, por lo que interceptarían al ejército enemigo en Leiria, cerca del pueblo de Aljubarrota.
La batalla de Aljubarrota se desarrolló como la de Crécy y la de Poitiers, es decir, con tácticas que permitieron a un reducido grupo de infantería derrotar a la caballería, con el uso de arcos en los flancos y una sólida falange de infantería. El ejército castellano no sólo fue vencido sino también diezmado y sus bajas fueron tales que Juan I no pudo volver a atacar Portugal en los años siguientes.
Con esta victoria, Juan I de Avís fue reconocido rey de Portugal, poniendo punto final al interregnum y a la anarquía que había tenido lugar durante esa época, mientras el reconocimiento de Castilla no llegaría hasta 1411, con el tratado de Ayllón - Segovia-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario