miércoles, 31 de octubre de 2018

La Capilla Sixtina, la joya del Vaticano

Tal día como hoy 31 de octubre de 1483, en Roma, se abre al público la Capilla Sixtina, la más relevante del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, con su bóveda decorada por el genial pintor Miguel Ángel, después de cuatro años de duro y solitario trabajo.

La Capilla Sixtina es una capilla del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, residencia oficial del papa y se trata de la estancia más conocida del conjunto palaciego.

Debe su nombre al papa Sixto IV, que quiso edificar un nuevo espacio de grandes dimensiones en el lugar donde antes estaba la “Capilla Magna”, aula fortificada de edad medieval, destinada a las reuniones de la corte papal.

La Capilla Sixtina también debía responder a las exigencias defensivas de dos peligros de aquella época: la Señoría de Florencia, regida por los Médicis, con quienes el papa estaba en permanente conflicto, y los turcos de Mahmut II, que en esos años amenazaban las costas orientales de Italia.

Su realización empezó en 1475, año del Jubileo proclamado por Sixto IV, y se concluyó en 1483 cuando, el 15 de agosto, el mismo papa inauguró solemnemente la Capilla, dedicada a la Virgen de la Asunción. El proyecto del arquitecto Baccio Pontelli utilizaba hasta un tercio de su altura las paredes construidas en época medieval.

La entrada principal de la Capilla, en el lado opuesto a la actual, más pequeña, está precedida por la grandiosa Sala Regia, destinada a las audiencias. Unas ventanas arqueadas en la parte superior, aseguran la iluminación del ambiente y el techo, con bóveda en cañón, se une a las paredes laterales de bovedillas y enjutas triangulares.

La espléndida pavimentación en mosaico, aún hoy intacta, es de 1400, y sigue modelos medievales. Terminada la estructura arquitectónica, el papa Sixto IV llamó a los más famosos pintores florentinos, Botticelli, Ghirlandaio, Cosimo Rosselli y Signorelli; de Umbría, a Perugino y Pinturicchio para la decoración.

Fue el sobrino de Sixto IV, más tarde papa Julio II, hacer que se completaran las decoraciones del interior de la Capilla y, en el ámbito de una grandiosa renovación de la ciudad, llamó a Miguel Ángel Buonarroti a Roma.

El artista, ya muy famoso en Florencia, aceptó decorar “al fresco” la bóveda y la obra fue realizada en cuatro años de duro trabajo, y su tema es la historia de la humanidad en el período que precede al nacimiento de Cristo.

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