Tal día como hoy 9 de noviembre de 1898, en Grecia, tras 10 años de obras, se termina de construir el Canal de Corinto, permitiendo a barcos de pequeño calado, evitar rodear la península del Peloponeso, separando a ésta del resto de Grecia.
El actual canal de Corinto es una vía de agua artificial que une el golfo de Corinto con el mar Egeo, separando el Peloponeso del resto de Grecia, que mide 6.300 metros de largo y se construyó conforme al proyecto de Ferdinand de Lesseps, que recogía el antiguo trazado de Nerón.
El canal, evita el rodeo de unos 400 km alrededor de la península del Peloponeso a los barcos pequeños, ya que solo tiene 21 metros de ancho y 8 de profundidad. A pesar de estas limitaciones, unos 11000 barcos cruzan el canal cada año, en su mayoría pertenecientes a rutas turísticas.
El proyecto no se concretó hasta el siglo XIX, aunque la idea venía concibiéndose desde el siglo VII a. C., pero se vio obligado a cancelarse debido a las dificultades técnicas, insalvables para la época. En el año 67 d.C., el emperador romano Nerón ordenó que se excavara, encomendando el trabajo a 6000 esclavos, pero murió un año después del comienzo de las obras y su sucesor Galba canceló el proyecto por considerarlo muy costoso.
La idea del canal de Corinto, fue retomada tras la independencia de Grecia del imperio turco en 1830, pero tuvo que abandonarse cuando el costo se estimó en unos 400 millones de francos oro, demasiado caro para un país recién independizado y en 1881, se concedió una concesión a la Société Internationale du Canal Maritime de Corinthe, para construir el canal y explotarlo los siguientes 99 años, inaugurándose el 23 de abril de 1882.
Tras su terminación, experimentó dificultades operacionales, ya que su estrechez dificultaba la navegación; sus altas paredes canalizan fuertes vientos y las mareas de los dos golfos causan fuertes corrientes. Por estas razones, muchos barcos no lo utilizaron y el tráfico estuvo muy por debajo de lo previsto.
Además, pronto se descubrió que la estela de los barcos iba socavando sus paredes, provocando deslizamientos, lo que requirió más gastos de construcción y el canal se cerró durante cuatro años para estabilizar sus paredes.
Durante la Segunda Guerra Mundial, sufrió serios daños, al ser escenario de batallas debido a su importancia estratégica y cuando las fuerzas alemanas se retiraron de Grecia, quedó inoperativo, ya que los alemanes usaron explosivos para bloquearlo, destruyeron los puentes y arrojaron locomotoras, hierros y otras infraestructuras para dificultar su reparación.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, comenzó a trabajar en su limpieza en noviembre de 1947 y logró reabrirlo al tráfico en julio de 1948, concluyendo las obras en septiembre del mismo año.
El canal – la obra civil más larga de la historia - aunque ahorra cerca de 700 kilómetros de viaje, es muy angosto para buques de carga modernos, pues solo permite el paso de naves de un ancho máximo de 17,6 metros y de un calado de 7,3 metros y por eso es hoy en día, sobre todo utilizado por embarcaciones de turismo.
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