Tal día como hoy 11 de noviembre de 1810 las Cortes de Cádiz conceden por primera vez en España la libertad de prensa e imprenta.
Durante el siglo XIX, para difundir las ideas liberales en España el papel de la prensa fue decisivo, si bien tuvo que luchar con la censura que impusieron los últimos coletazos del Antiguo Régimen, personificado en el felón Fernando VII, ya que tras caída de Napoleón, se produjo en toda Europa una reacción conservadora y se impuso de nuevo el absolutismo.
Las Cortes de Cádiz reconocieron la libertad de imprenta en 1810 y se reforzó especialmente con el decreto de libertad de imprenta del 26 de octubre de 1811, demandado por los ciudadanos más ilustrados que querían estar informados.
Con el regreso de Fernando VII, a España tras acabar la Guerra de la Independencia y, producirse la reacción conservadora del “Manifiesto de los Persas”en favor del absolutismo, se volvió a interrumpir la actividad periodística y el 25 de abril de 1815 se prohibió cualquier publicación que no fuese oficial.
A partir de entonces, se suceden alternativamente las etapas de represión y libertad de imprenta coincidiendo con los periodos absolutistas y liberales respectivamente.
Durante el “Trienio Liberal”de 1820 a 1823, surgen periódicos revolucionarios exaltados como “El Zurriago” o “La Tercerola”, junto a otros controlados por moderados como la “Miscelánea de Comercio” o “Artes y Literatura”.
Este resurgimiento, fue también cortado de raíz por la irrupción de la Santa Alianza, con el ejército francés denominado los Cien Mil Hijos de San Luis en 1823, al objeto de restablecer el poder absoluto del monarca.
Hasta la muerte de Fernando VII en 1833, no regresaron a España los liberales, expulsados diez años antes tras la llegada de los franceses, iniciando ya en España las nuevas formas de hacer periodismo típica de los ingleses.
Pese a todo, las relaciones de la prensa con el poder en nuestro país, han sido siempre un auténtico camino de espinas para la primera.
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