Tal día como hoy 14 de noviembre de 1985, la erupción del volcán “Nevado del Ruiz” en Colombia provoca la tragedia de Armero.
Tras sesenta y nueve años de inactividad, la erupción cogió por sorpresa a los pueblos cercanos, pese a que el Gobierno colombiano había recibido advertencias de diversos organismos desde la aparición de los primeros indicios de actividad volcánica.
Los flujos de lava arrojados por el cráter, fundieron parte del glaciar existente en la ladera del volcán, enviando rios de barro, tierra y restos de actividad volcánica, que descendieron por la montaña a más de 60 kilómetros por hora.
Estos flujos – “lahares”- aumentaron aún más su velocidad en los barrancos, dirigiéndose hacia el pueblo de Armero, situado a menos de 50 km donde murieron más de 20.000 de sus 29.000 habitantes.
Cuando doce horas después los equipos de rescate llegaron a Armero, muchas de las víctimas con heridas graves ya habían muerto, observando un panorama de desolación con árboles caídos, restos humanos irreconocibles y escombros de casas derribadas.
Se hicieron tristemente famosas las imágenes de Omayra Sánchez, una adolescente víctima de la tragedia, que estuvo atrapada durante tres días entre el barro y las ruinas, hasta que finalmente falleció sin poder ser liberada, iniciándose una polémica sobre el grado de responsabilidad del Gobierno colombiano en la catástrofe.
Fue la segunda erupción volcánica más mortífera del siglo XX, superada sólo por la del Monte Pelée en 1902 en la isla de Martinica.
Desde entonces las autoridades son especialmente cautelosas frente a la actividad volcánica y cuando en 1989 hubo una nueva erupción, más de 2300 personas fueron evacuadas.
Tristemente, es universal el hecho de que hasta que no muere gente, no se adoptan las medidas...
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