Yaser Arafat, fue un líder palestino, presidente de la Organización para la Liberación de Palestina y líder del partido político Fatah, que pasó gran parte de su vida luchando contra Israel para la autodeterminación de los palestinos, pero aunque se había opuesto a la existencia de Israel, en 1988 aceptó la Resolución de Naciones Unidas, que determinaba su derecho a existir como país.
A finales de 2004, tras más de dos años confinado por el ejército israelí, en el complejo de Ramala, Arafat cayó enfermo, siendo trasladado a Francia, donde se encontraba su esposa, a un hospital militar, donde estuvo hospitalizado desde el 29 de octubre, entrando en coma desde el 3 de noviembre.
Murió el 11 de noviembre de 2004 debido a una hemorragia cerebral, pero en septiembre de 2005, un experto en sida afirmó que Arafat tenía todos los síntomas del SIDA, según los registros médicos, aunque otros no estuvieron de acuerdo con esta afirmación e insistieron en que era muy poco probable que esta fuese la causa de su muerte.
Claude Goasguen, parlamentario francés, reclamó una investigación parlamentaria para acallar los rumores sobre el presunto asesinato de Arafat y el Gobierno francés señaló que no había evidencias de que fuese envenenado, ya que de otro modo, se habría abierto una investigación criminal.
En julio de 2012, la cadena de noticias Al Jazeera, publicó una investigación en la que distintas pruebas realizadas por el Hospital Universitario de Lausana -Suiza- determinaron que las pertenencias de Arafat, contenían un nivel extremadamente alto de polonio 210, material muy radioactivo, que no era explicable por causas naturales, lo que sugiere un envenenamiento como posible causa de su muerte.
El mismo mes, un experto israelí, aseguró que los restos radiactivos del polonio 210 se desvanecen a menos de la mitad en cuatro meses, por lo que los altos niveles en las ropas de Arafat indicaban que fueron "implantados" mucho tiempo después de su muerte y por su parte, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, ordenó investigar la muerte de Arafat y aceptó que se exhumase el cadáver con ese fin.
Finalmente el 27 de noviembre de 2012, se procedió a exhumar el cadáver, para esclarecer si fue envenenado y expertos forenses suizos, rusos y franceses, tomaron muestras de los restos para su estudio, que en 2013, determinó que las muestras tenían niveles de polonio 210 dieciocho veces superiores a lo normal.
En diciembre de ese mismo año, una fuente anónima filtró las conclusiones a la prensa, de una investigación de la justicia francesa mantenida secreta que concluyó que “Arafat no fue envenenado, sino que murió de causas naturales” y expertos rusos confirmaron posteriormente las conclusiones de la investigación francesa.
En enero de 2018 el periodista e investigador israelí Ronen Bergman en el libro “Levántate y mata primero” habla del uso por Israel de radiación para matar al líder palestino.
Otro misterio más para la historia...
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