Tal día
como hoy, 26 de noviembre de 1942, se estrena en Nueva York, la
película "Casablanca", drama romántico que protagonizaron
Ingrid Bergman y Humphrey Bogart, que se acabó convirtiendo en un
icono cultural y está considerada una de las mejores películas de
la historia del cine.
La cinta de Michael Curtiz es considerada un
clásico y está llena de escenas y frases tan inolvidables que
incluso los que no la han visto las conocen y hablan sobre ellas
como si lo hubieran hecho.
Su escena final de la despedida de los
protagonistas sobresale por encima de todas las demás, pero hay
mucho más. Es un film para disfrutar del guión, de las
interpretaciones, de los diálogos, de los silencios, de la música,
de la fotografía, del mensaje y una música de Max Steiner para la
eternidad.
El rodaje de Casablanca no fue sencillo desde su
comienzo, como se demuestra en el hecho que Michael Curtiz no fuera
la primera opción para dirigir la cinta y que fue el ‘elegido’
tras la negativa de William Wyler.
La película no envejece a pesar de contar una
historia de amor ambientada en la Segunda Guerra Mundial. Los
ingredientes, se convierten en el hilo conductor de una obra maestra.
Rick Blaine -Humphrey Bogart- es el dueño de un café piano en
Casablanca, ciudad en la que se refugian personas de varios países
en busca de poder ‘escapar’ al nuevo mundo, huyendo de los nazis. Rick consigue unas
valiosas cartas de tránsito que permitían la libre circulación por
Europa sin temor a represalias.
La entrada en escena de Ilsa Lund - Ingrid
Bergman- , ex-amante de Rick, cambia la historia y pone la vida del
propietario del café patas arriba. Ilsa llega junto a su marido
Victor Laszlo, un líder de la resistencia checa contra los nazis que
busca una de esas cartas de tránsito en poder de Rick.
A partir de ahí se sucede una cadena de
acontecimientos políticos y personales, que convierten la historia
en una obra maestra, con unos juegos de luces y sombras que le dan un
aire misterioso a todo lo que pasa en la cinta.
“Tócala otra vez, Sam”, “Siempre nos
quedará París” o “El mundo se desmorona y nosotros nos
enamoramos” son frases que ya han pasado a la historia del cine y
que ha enganchado al público de cualquier generación.
‘Casablanca’ es una de esas películas que se
puede ver muchas veces y siempre descubres nuevos detalles. Un gesto,
una imagen, una melodía… y momentos que han pasado a la historia
del cine y que aunque no la hayas visto, se mantienen en la memoria.
Pero si hay una escena clásica entre las clásicas,
es la despedida de Rick e Ilsa en el aeropuerto de Casablanca y le
dice el célebre ‘Siempre nos quedará París’. El protagonista
de la película consigue dos cartas de tránsito libre para su amante
y su marido, pero en el último momento decide quedarse en Casablanca
y no escaparse con su chica. Una frase antesala del triste final de
la película.
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