Tal día como hoy, un 15 de noviembre del año 1941, el jefe de las SS Heinrich Himmler, ordenó el arresto y la deportación a campos de concentración, de todos los homosexuales conocidos de Alemania, con excepción de algunos oficiales y jerarcas del partido nazi. Un destino que dos años más tarde compartieron los gitanos, puestos también por Himmler al mismo nivel que los judíos, ya sentenciados con anterioridad.
Muchos en Alemania vieron la tolerancia de los homosexuales de la república de Weimar como un símbolo de la decadencia de Alemania. Los nazis pasaban como cruzados morales que querían eliminar de Alemania el “vicio” de la homosexualidad para ayudar a ganar la lucha racial y una vez que tomaron el poder in 1933, intensificaron la persecución, hasta llegar a su internamiento en campos de concentración.
El jefe de las SS Heinrich Himmler dirigió su persecución en el Tercer Reich, mientras las lesbianas no se consideraban una amenaza a las políticas raciales de los nazis y en general no fueron objeto de persecución.
La policía cerró bares y clubes como el “El dorado” y prohibió la publicaciones como “la Amistad”. En esta etapa inicial, los nazis llevaron los homosexuales a la clandestinidad y en 1934, la Gestapo - policía secreta estatal - instruyó a la policía local para que hicieran listas, de todos los hombres que tomaban parte en actividades homosexuales. Los nazis usaban estas “listas rosadas” para detener homosexuales durante las acciones de policía.
El 26 de octubre de 1936, Himmler formó la “Oficina Central del Reich para Combatir el Aborto y la Homosexualidad” y la policía tenía poder para tener en custodia o arresto preventivo a los considerados peligrosos y podía encarcelar indefinidamente y sin juicio, a quienes quisieran.
Los nazis internaron a algunos homosexuales en campos de concentración inmediatamente después de haber tomado el poder en enero de 1933, que eran identificados por un triangulo rosado que significaba la homosexualidad y según muchos relatos de los sobrevivientes, los homosexuales eran uno de los grupos más duramente tratados.
Algunos nazis, creían que la homosexualidad era una enfermedad que podía ser curada, y diseñaron políticas para “curar” a los homosexuales de su “enfermedad” a través de la humillación y el trabajo
Una forma de sobrevivencia para algunos homosexuales era la castración, que algunos oficiales de la justicia criminal apoyaban como una manera de “curar” la perversión sexual. Más tarde, los jueces y los oficiales de los campos de las SS, podían ordenar la castración de un prisionero homosexual sin su consentimiento.
Los nazis interesados en encontrar una “cura” para la homosexualidad ampliaron su programa para la experimentación sobre prisioneros homosexuales, experimentos que causaban enfermedad, mutilación, y hasta muerte, y no tuvo como resultado ningún conocimiento científico.
En general, se puede afirmar que el lesbianismo como tal no fue perseguido por el sistema, a pesar de que juristas aislados pedían un castigo y el movimiento lésbico y feminista fuera prohibido. Existen informes de casos individuales de lesbianas que fueron secuestradas y llevadas a prostíbulos en los campos de concentración, pero los hechos son tan vagos - y contradictorios - que se ha dudado de su autenticidad
No existen estadísticas, sobre el número de homosexuales que murió en los campos.
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