Tal día como hoy 18 noviembre de 1978, se produce en Jonestown -Guyana -., el suicidio masivo de los seguidores de la secta del "Templo del Pueblo" así como su líder Jim Jones, al tomar zumo de frutas mezclado con cianuro, tras haber recibido la visita de un diputado americano y unos periodistas para investigarles, los cuáles son asesinados a tiros.
En investigaciones posteriores, se averiguará que los miembros de la secta que no quisieron suicidarse, murieron por disparos. Finalmente se produce un saldo de 913 muertos entre los que se encuentran 300 niños. El líder de la secta es hallado muerto de un disparo en la cabeza.
Calificada como “la masacre del siglo”, causó gran conmoción y con el tiempo el suceso continúa siendo un misterio.
El 28 de noviembre soldados norteamericanos enviados a Guyana descubrían nuevos cadáveres y se notificaba la cifra definitiva de víctimas: 919, entre ellas más de 300 niños. Jim Jones, líder y creador de El Templo del Pueblo un hombre delirante, un visionario que se creía mezcla de Cristo y Lenin, el único Dios sobre la Tierra, se hallaba entre ellas.
El líder del Templo del Pueblo decidió dejar California porque estaba convencido de la inminencia del estallido de una guerra nuclear y sólo Guyana saldría indemne de la hecatombe y por ello fundó Jonestown, una granja de 140 hectáreas, acompañado de sus más fervientes seguidores su esposa y su hijo de 19 años.
La comuna se autoabastecía y sus miembros cultivaban y criaban ganado, fabricaban incluso su propia indumentaria y calzado. Educaban a sus hijos y atendían a enfermos y ancianos.
Estados Unidos, decidió enviar a Jonestown al congresista norteamericano, Leo Ryan, acompañado de reporteros de la NBC, un desertor de la secta y once norteamericanos familiares de los fieles, junto al diplomático Richard Dwyer , para investigar las actividades de la secta, en concreto los supuestos malos tratos a algunos de sus miembros.
Jones les recibió con un espectáculo musical que pronto se trocó en tragedia, cuando acompañado de un grupo de sus fieles les tendió una emboscada en la que varios murieron acribillados o quedaron gravemente heridos.
Esto desencadenó el caos y según los expertos, Jones se percató de que había llegado a una situación sin salida y decidió apelar al “suicidio revolucionario”. Explicó a sus fieles que su sociedad había sido destruida, y que era preferible matarse a seguir viviendo. Les aseguró que, de todas formas, se reencontrarían en otra vida, después de una reencarnación.
La mayoría de las víctimas murieron al ingerir cianuro potásico mezclado con zumo de uva. La muerte por envenenamiento de cianuro es sumamente dolorosa, por lo que al ingerirlo las víctimas gritaban doloridas, mientras Jones, megáfono en mano les increpaba; “debéis morir con dignidad”.
Durante un tiempo se divulgó la noticia de que el líder continuaba con vida, pero el FBI lo negó, pues había muerto de un tiro en la cabeza y al cadáver de su esposa se encontraba junto a él.
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