miércoles, 8 de enero de 2020

Galileo Galilei, un genio del Renacimiento

Tal día como hoy, 8 de enero de 1642, falleció en Florencia, cuando tenía 77 años el genio italiano Galileo Galilei.

Galilei pasó sus últimos años de vida bajo arresto domiciliario y al morir, el gran duque de la Toscana Fernando II quiso enterrarlo en la nave principal de la Basílica de la Santa Croce pero el Papa Urbano VIII se negó debido a las acusaciones de herejía que habían pesado sobre el físico.

Finalmente, sus restos serían trasladados a un lugar de honor dentro de la basílica y en un monumento construido en su recuerdo.

El que es considerado padre de la astronomía y principal responsable de la revolución científica que se vivió durante el Renacimiento, nació en una localidad cercana a Pisa en el año 1564.

Fue la insistencia y el deseo de su padre los que le llevaron a estudiar medicina en la Universidad de Pisa, pero durante esta etapa comenzaría a trabajar en el campo que realmente le interesaba: las matemáticas. Galilei era un férreo seguidor de Pitágoras, Platón y Arquímedes.

Galileo acabaría ejerciendo como profesor en Padua, impartiendo clases de geometría, mecánica o astronomía. Además, dedicaría gran parte de su vida a la investigación.

Sus estudios sobre la caída de los cuerpos asentaron las bases sobre las que Newton desarrolló la física clásica y la invención del telescopio astronómico redefiniría el campo de la astronomía al permitirle obtener pruebas que respaldaban el modelo heliocéntrico de Copérnico.

El telescopio le llevó a descubrir las fases de Venus, las manchas solares o la superficie irregular de la Luna pero sobre todo convencieron a Galilei de que era la Tierra la que giraba alrededor del Sol y no al revés, como la Iglesia pensaba.

Esta posición y la fama que el físico había adquirido con el tiempo llamaron la atención de la Iglesia Católica, que solicitó a Galilei que se retractara de sus afirmaciones heliocéntricas y, al negarse este, le acusó de “sospecha grave de herejía” e hizo que la Inquisición le juzgara.

Galileo se vio obligado bajo coacción a abandonar “la falsa opinión de que el Sol es el centro del Universo y está inmóvil”, pero se dice que tras acabar su declaración musitó la famosa frase “E pur si muove” -“Y sin embargo la Tierra se mueve- .

Galileo Galilei fue condenado a arresto domiciliario durante el resto de su vida. El paso del tiempo le provocó una ceguera que, a pesar de todo, no le impidió continuar sus investigaciones ya que contrató a un aprendiz.

Muy Historia

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