sábado, 18 de enero de 2020

La Conferencia de Paz de París

Tal día como hoy 18 de enero de 1919, comienza oficialmente, la Conferencia de Paz de París

El 18 de enero de 1919 comenzó la Conferencia de Paz de París en la que los países aliados, que habían salido vencedores en la Gran Guerra, establecieron las condiciones por las que aceptaban la rendición de las potencias centrales.

Aunque los combates habían cesado y ya se habían firmado armisticios con todas las partes rivales, la conferencia tuvo que esperar a que el primer ministro británico, David Lloyd, hubiese reafirmado su puesto en unas elecciones.

Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia e Italia habían salido victoriosos de la Primera Guerra Mundial y, una vez establecidos como los ‘Cuatro Grandes’ -así se les llamó-, expusieron las condiciones por las que aceptarían la rendición de sus enemigos y configurarían la situación político-territorial de los años venideros.

Japón, que también era considerado como un país vencedor, formó parte de la conferencia aunque solo parcialmente ya que el ministro japonés Saionji Kimmochi no quiso entrar en asuntos que no concernieran a Japón.

Se constituyó un Consejo Supremo, que tomaría las decisiones más importantes y un Consejo Supremo Económico, que determinaría las medida económicas que deberían tomar para alcanzar la paz definitiva.

Además había comisiones especializadas en la resolución de otros problemas particulares, entre los que se destacaría la creación de una Sociedad de Naciones, en la que se pudieran tratar los problemas internacionales y evitar un nuevo conflicto a gran escala.

La Conferencia, llevó a la firma de numerosos tratados en los que unos países derrotados afrontaron condiciones más o menos abusivas, que marcaron el ritmo de su economía en los años siguientes.

Además de la desaparición del Imperio Austro-Húngaro y el Imperio Otomano, las condiciones más duras se las impuso Francia a Alemania. Con un tono claramente revanchista por su derrota en la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871), el Tratado de Versalles del 28 de abril establecía las nuevas fronteras alemanas -en favor de Francia y Polonia-, imponía una cuantiosa multa y frenaba cualquier intento de rearme por parte del país centroeuropeo.

La situación provocada por estas sanciones daría a Adolf Hitler y el nacionalsocialismo alemán, el caldo de cultivo necesario, para conducir a Alemania a la Segunda Guerra Mundial.

Muy Historia

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