sábado, 30 de mayo de 2020

El bombardeo del Almeria, durante la guerra civil


Tal día como hoy, 30 de mayo de 1937 por primera vez en la Guerra Civil Española, una potencia extranjera abiertamente se involucra  en la guerra, al bombardear  la ciudad y el puerto español de Almería, por parte de cuatro barcos de Guerra Alemanes, causando la pérdida de 400 vidas.

El día 30 de mayo de 1937, a media mañana, una escuadrilla de bombarderos republicanos Tupolev, los llamados Katiuska, tripulados por pilotos soviéticos, partió de la base de Los Alcázares, en Murcia, y bombardeó, un gran buque de guerra fondeado en el antepuerto de Ibiza. Los aviadores afirmarían a su vuelta haber atacado a uno de los mayores barcos de guerra franquistas, probablemente al crucero Canarias.

Un error de apreciación por parte de los pilotos de fuerza aérea republicana, degeneró en una escalada de represalias por parte alemana, que pudieron llegar a convertirse en una mayor implicación, más allá de los suministros que aportaban regularmente a las fuerzas franquistas. Con este incidente, Alemania podría entrometerse más a fondo en la Guerra Civil española.

El barco en cuestión se trataba de un acorazado de bolsillo alemán, el Deutschland, que incumplía la normativa del Comité de no Intervención de permanecer a diez millas de la costa española. La nave resultaría seriamente averiada por las bombas de estos aviones rusos, registrándose más de treinta muertos y setenta heridos entre sus tripulantes, casi todos ellos en el momento del ataque, reunidos en el comedor.

Hitler estaba colérico por esta ofensa y su primera intención fue bombardear el puerto de Valencia, como represalia, pero los jerarcas nazis le convencerían para que el ataque fuera sobre un puerto de menor relevancia. Se tomó entonces la decisión de que el crucero de bolsillo Almirante Scheer y cuatro destructores de última generación, bombardearan el puerto de Almería.

Había un gran trajín de buques de la marina alemana, en el Mar Mediterráneo en misiones de apoyo de suministros al bando sublevado, por lo que no fue difícil reunir una fuerza naval apropiada para atacar a la ya debilitada república. A los citados buques se les ordenó dirigirse a su objetivo, para lo que se situaron ante Almería poco después del amanecer, del 30 de mayo de 1937.

El bombardeo alemán empezó a las 7 horas de ese día, abriendo fuego contra las baterías de costa, el puerto y sus instalaciones y cualquier barco que se encontrase dentro de él o en la bahía. Más de 200 rondas de proyectiles sembraban, incendios por doquier. El bombardeo de Almería por la flota alemana se saldó con medio centenar de muertos, 55 heridos y más de cincuenta edificios destruidos. Francia e Inglaterra elevarían unas quejas diplomáticas muy descafeinadas

En aquellos duros momentos para la república, tanto el ministro de Defensa como el coronel - y más tarde general-, Vicente Rojo, eran partidarios de “pisar el acelerador” dando una respuesta contundente a los alemanes. Rojo y sus colaboradores acatarían, sin embargo con disciplina, la decisión del consejo de ministros, de no responder al ataque, en la que se perdería una ocasión única para los intereses republicanos.

Negrín, Azaña, los comunistas y los nacionalistas, votarían en contra de esta huida hacia adelante  a sabiendas de su manifiesta inferioridad pero con una clara inspiración estratégica, ya que buscaban la implicación de Francia e Inglaterra, lo que de haber ocurrido, habría dado un aliento de esperanza a un país en llamas.

Almería sería bombardeada hasta en 52 ocasiones, por no haber secundado la sublevación franquista.

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