martes, 12 de mayo de 2020

El rey que renunció al trono por amor

Tal día como hoy, 12 de mayo de 1937, el rey Jorge VI fue coronado en la Abadía de Westminster. El rey Jorge ocupaba el segundo lugar en la sucesión del trono, pero fue  coronado rey después de que su hermano Edward VII, renunciase al trono, para poder casarse con la estadounidense Wallis Simpson.

En 1936 el rey de Inglaterra, George V, falleció y dejó en su lugar a su hijo mayor, Edward VIII. El reinado, que debía durar por el resto de su vida, solo duró un par de meses por la sencilla razón de que él estaba enamorado de una mujer que la monarquía no aceptaba.

Las personas “normales” se pueden enamorar de quien sea y si a los demás no les gusta, es problema de ellos. Sin embargo, un miembro de la realeza no tiene la misma suerte. Edward conoció a Wallis Simpson, una mujer de la alta sociedad norteamericana, que se convirtió en su gran amor, pero tenía un problema: se había divorciado dos veces.

Su amorío llevó a una crisis constitucional en Gran Bretaña, ya que el rey es la figura principal de la Iglesia de Inglaterra y casarse con una persona divorciada no era moral para ellos.

En vez de acatar, él decidió abandonar el poder por amor y anunció su abdicación a través de un discurso en la radio y en el que dejaba claro su gran sacrificio.

Un año después, el tres de junio de 1937, se casaron en Francia y ningún miembro de la familia real acudió a la ceremonia. Si bien la realeza se negó a otorgarle un título nobiliario a Wallis Simpson  y ya no tenían un poder real, cambiaron el destino de la realeza para siempre.

Si él no hubiese abdicado, George VI no hubiese sido rey y Elizabeth II nunca hubiera llegado al trono y la realeza, tal como la conocemos hoy, hubiera sido muy diferente y quizás fue un cambio para mejor, después de todo, Edward y su esposa fueron figuras muy controvertidas.

Antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, muchas personas del gobierno y de la sociedad sospechaban que el duque y la duquesa de Windsor simpatizaban con los nazis.

En el transcurso de las décadas de 1950 y 1960, la pareja vivió entre Europa y los Estados Unidos, disfrutando de una vida de ocio como celebridades sociales. Al morir el duque en 1972, la duquesa se recluyó y rara vez volvió a ser vista en público.

Su vida privada fue la fuente de múltiples especulaciones y todavía sigue siendo una figura controvertida en la historia británica. 

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