viernes, 6 de noviembre de 2015

Luis Candelas, bandolero romántico entre la historia y la leyenda.

Tal día como hoy 6 de noviembre de 1837, es ajusticiado públicamente en Madrid el famoso bandolero Luis Candelas.

Luis Candelas Cajigal, nació en Madrid, siendo el tercer hijo de un matrimonio sin agobios económicos, que le dio estudios en el colegio de San Isidro, donde pronto empezó a provocar peleas, siendo expulsado cuando un clérigo le dio una bofetada y él le respondió con dos, pese a lo cual siguió leyendo cuanto caía en sus manos, teniendo una formación autodidacta y jactándose, durante su carrera criminal, de no tener delitos de sangre, lo que no le evitó ser ejecutado.

Vestía bien y tenía buenos modales, y a los 15 años cometió su primer robo, siendo poco después detenido y encerrado en la Cárcel de Villa, iniciándose como delincuente, lo que combinaba con la conquista de mujeres de las que vivía, al ser bien parecido, ir siempre bien vestido y afeitado  y tener agradable trato.

En esta época - 1830 - salió triunfante en dos duelos, lo que le hizo ser respetado en los barrios de Madrid, formando una cuadrilla con los que se reunía en las tabernas, que les ofrecían, vino,  "cantaores", escondite y compañía femenina, realizando múltiples fechorías, cada vez más arriesgadas y con mayor botín, andanzas que fueron cantadas por los madrileños con cierto cariño, pues combinaba una doble vida de indiano adinerado y respetado durante el día - Luis Álvarez de Cobos, hacendado de Perú - y de noche como bandido, convertido en “el rey de los bajos fondos”.

Su máxima era “que la fortuna estaba muy mal repartida”, pero nunca llegó a matar a nadie en ninguna de su acciones, en las que no usaba la violencia, ingresando en la masonería en la "Logia Libertad" y luciendo a partir de entonces algunas noches, una capa negra con símbolos masones.

Una de sus amantes - “La Naranjera” - fue un personaje casi de leyenda, pues se decía que era también amante del rey Fernando VII,  y el hecho de “compartir amante” con el propio rey, acrecentó, más si cabe, la fama de Candelas.

Llevado de esta fama, cometió el error de hacer dos atracos importantes, uno a la modista de la Reina y otro al embajador de Francia, lo cual hizo que la justicia se fijase en él de modo preferente y aunque intentó huir a Inglaterra, fue detenido en julio de 1837 y trasladado a Madrid, donde se le acusó de más de 40 robos, siendo juzgado y condenado a morir por garrote vil, sin que de nada  le valiese su petición de clemencia a la reina regente María Cristina, muriendo a los 33 años y despidiéndose de este mundo con la frase; “¡Adiós Patria mía, sé feliz!”.

La figura de Luis Candelas inspiró coplas populares y obras literarias, como las novelas:“Dos bandoleros: Dick Turpin–Luis Candelas”; “Luis Candelas, un bandido y su leyenda”, una biografía romántica, una película e incluso un cómic de su vida realizado por El Cubri para la revista Madriz.

En la actualizad, existe en Madrid junto a la Plaza Mayor, en el Arco de Cuchilleros, el restaurante “La cuevas de Luis candelas” una especie de museo del bandolerismo español de hace dos siglos, que toma nombre de este célebre salteador de caminos de Lavapiés, que se jactaba de no tener delitos de sangre.

Quentin Tarantino, Gregory Peck, Di Stefano, John Huston, José Luis Garci, Marcello Mastroianni, una gran multitud de políticos españoles y alguno americano como Jimmy Carter, etc, han pasado por Las Cuevas, peculiar santuario de la España cañí, del siglo XIX.

Ha sido finalmente, una vez más, el mundo de los negocios, el que ha hecho caja a cuenta del bandolero.

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