sábado, 9 de septiembre de 2017

Cuando Japón bombardeó Estados Unidos

Tal día como hoy 9 de septiembre de1942, el aviador de la Armada Imperial japonesa Nobuo Fujita, despega desde la cubierta de un submarino en la costa oeste de EE.UU, para incendiar los bosques  de Oregón, mediante el uso de bombas incendiarias, como respuesta al bombardeo de Tokio. 

Nobuo Fujita, se convirtió en piloto en 1933 y sugirió la idea de usar un hidroavión con base en un submarino, para bombardear objetivos militares y ataques a la parte continental de EE.UU., especialmente el Canal de Panamá.

La idea fue aprobada por la Marina Imperial, y la misión fue asignada al submarino-portaaviones I-25, desarrollado específicamente para bombardear el Canal de Panamá.

A las 6 del miércoles 9 de septiembre de 1942, el I-25 emergió al oeste de Oregón y lanzó el hidroavión "Glen", pilotado por Fujita, con una carga de dos bombas incendiarias de 160 kilos cada una.

Una de ellas, provocó un pequeño incendio al este de la ciudad de Brookings, que los empleados del Servicio Forestal fueron capaces de extinguir, ya que la lluvia de la noche anterior había dejado el bosque muy húmedo y las bombas resultaron prácticamente ineficaces.

Después del bombardeo, el I-25 fue atacado por un avión de los EE.UU. lo que le obligó a sumergirse, pero los ataques estadounidenses solo causaron daños menores y Fujita, voló una segunda vez de bombardeo tres semanas después, el 29 de septiembre de 1942.

Después de 90 minutos de vuelo, dejó caer sus bombas y declaró haber visto las llamas, pero el bombardeo pasó inadvertido en los EE.UU y el submarino partió para Japón. Los dos ataques en Oregón en septiembre de 1942 fueron los únicos bombardeos aéreos del territorio continental de los Estados Unidos.

Fujita continuó como piloto de la Armada Imperial Japonesa, en tareas de reconocimiento y después de la guerra, fue invitado a Brookings en 1962, después de que al gobierno japonés se le aseguró que no sería juzgado como criminal de guerra.

En señal de amistad, entregó a la ciudad de Brookings su espada samurái, que había estado en su familia desde hacía 400 años, al ver que el pueblo americano lo trató con respeto y afecto, aunque su visita aún planteaba cierta controversia.

Impresionado por su acogida, Fujita regresó a Brookings varias veces más y en 1992, plantó un árbol en el lugar del bombardeo como un gesto de paz.

Varios días antes de su muerte en 1997, a la edad de 85 años, fue nombrado ciudadano honorario de Brookings, y en octubre de 1998, su hija, Yoriko Asakura, enterró parte de las cenizas de Fujita en el lugar del bombardeo.

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