Sakineh, acusada de adulterio por las autoridades iraníes en 2006, y posteriormente condenada a lapidación según la Ley Islámica, fue indultada tras varios años de presión internacional, para la revisión del caso, que junto a la buena conducta en prisión de Sakineh, lograron que ésta pudiera salir de la cárcel y pensar en una absolución definitiva.
Según fuentes judiciales, la sentencia de muerte por lapidación no será finalmente llevada a cabo por las autoridades del país, aunque está por ver ahora si será ejecutada o no en la horca.
La suspensión de la lapidación, fue una importante victoria en lo que a materia de derechos humanos se refiere, puesto que el ajusticiamiento por lapidación es considerado como delito por la comunidad internacional, y las ONGs de todo el mundo.
Javad Larijani, presidente del Comité judicial de Derechos Humanos de Irán, acusó a Occidente de estar haciendo una lectura “propagandística” del sumario
El sistema legal iraní contempla todavía la lapidación como castigo capital, aunque el régimen modificó la norma en 2013 para que los jueces pudiesen imponer un método alternativo de ejecución a su propia discreción.
No obstante siguen existiendo posibilidades de que la rea sea ajusticiada en la horca: "Mientras la pena de muerte no sea abolida exclusivamente en su caso, Sakineh podría ser ejecutada”. A causa de la presión internacional, han cambiado el método de ser apedreada a ser ahorcada, lo cual resulta mucho más “civilizado”.
Conforme al Código Penal iraní, aquellas jóvenes no casadas que son halladas culpables de un delito de adulterio, son castigadas con cien latigazos y las casadas son lapidadas hasta la muerte, aunque deben existir pruebas flagrantes de la comisión del adulterio - autoinculpación, cuatro testigos que lo confirmen o indicios evidentes constatados por el juez- para que la ejecución tenga validez en aquel país.
Esta práctica está muy extendida en los países de credo islámico, especialmente en países musulmanes que en Occidente son llamados de corte fanático-radical, también denominado “fundamentalismo islámico”, donde la aplicación de la sharia es la única ley aceptada.
La lapidación por adulterio también suele darse en el caso de hombres, por lo que es justo, y humano, hacer referencia a la otra mitad de las víctimas, ya que no se trata solo de un crimen contra las mujeres, sino de un crimen contra la humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario