sábado, 23 de septiembre de 2017

La Batalla de San Juan de Ulúa entre españoles y piratas ingleses

Tal día como hoy 23 de septiembre 1568, la marina española destruye a la flota pirata inglesa bajo el mando de Francis Drake y John Hawkins, en la Batalla de San Juan de Ulúa, cerca de Veracruz.

La batalla de San Juan de Ulúa significó el desastroso final de una flotilla pirata inglesa compuesta por seis buques, que violando la tregua acordada por Felipe II de España e Isabel I de Inglaterra, se dedicó al asalto de puertos y buques mercantes españoles, la trata de esclavos negros y el comercio ilegal en aguas de América española.

La flota inglesa tras cerca de un año de pillajes en las costas americanas, decidieron recalar en el puerto de San Juan de Ulúa, en México para realizar reparaciones en sus embarcaciones y adquirir víveres para la vuelta a Inglaterra.

El infortunio sobrevino a los ingleses cuando una flota de escolta de la Armada Española, al mando de Don Francisco Luján, recaló casualmente en ese mismo puerto mientras los ingleses estaban en pleno avituallamiento.

En un principio, los ingleses no temieron por su seguridad, ya que tras tomar varios rehenes españoles que habían confundido la flotilla inglesa con una esperada flota española, llegaron a un principio de acuerdo con el virrey y pensaron que la tregua entre ambas coronas, - vulnerada por ellos - sería respetada por la flota española equipada con armamento pesado.

Pero, por desgracia para Drake y Hawkins, Luján había sido informado de los desmanes de los ingleses y el encuentro, que en un principio registró intentos de acuerdo, acabó en un fulminante ataque de los españoles sobre los piratas, resultando cuatro barcos ingleses hundidos y unos 500 piratas muertos, con la captura por los españoles de los tesoros de un año de saqueos.

Los únicos dos barcos ingleses que consiguieron escapar al desastre, fueron los comandados por Drake y Hawkins, quienes se dieron a la fuga mientras sus hombres luchaban con la flota española, lo que fue interpretado por los españoles como un  acto de cobardía y con las prisas, Drake y Hawkins no dudaron en abandonar a varios de sus hombres a su suerte en la costa  de lo que hoy es Estados Unidos, para no tener sobrecarga en la travesía de vuelta a Inglaterra.

Drake llegó solo a Inglaterra en enero de 1569, e informó de la muerte de Hawkins además de contar un fantasioso relato sobre el ataque español y su valerosa acción durante el desastre de su flota, pero para su sorpresa, el mes siguiente, John Hawkins llegó a Inglaterra sano y salvo.

A raíz de este incidente, Francis Drake adquirió un odio visceral hacia los españoles, lo que lo precipitó en su legendaria carrera como pirata a sueldo de la reina de Inglaterra.

Este combate fue un antecedente de la guerra que librarían Felipe II e Isabel I a partir de 1585, en la que finalmente España conseguiría un tratado de paz favorable a sus intereses, si bien ambos reinos finalizarían la lucha con graves problemas económicos.

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