Tal día como hoy 28 de septiembre de 1868, tiene lugar la batalla de Alcolea que provoca que la reina Isabel II de España tenga que huir a Francia.
La batalla enfrentó a los militares sublevados contra Isabel II y a las tropas realistas fieles a su autoridad, teniendo lugar en un puente cercano a la barriada cordobesa de Alcolea y la derrota de los realistas significó el final del reinado de Isabel II, que tuvo que marchar al exilio.
El 19 de septiembre, el brigadier Juan Bautista Topete, encabezó un alzamiento de la flota fondeada en Cádiz y los sublevados difundieron el manifiesto titulado "España con honra", en el que exponían las razones del levantamiento, en demanda de reformas políticas y se pedía que tras exiliarse la reina se constituyera un nuevo gobierno sin exclusión de partidos.
El general Juan Prim se unió a Topete y ambos se hicieron con el control de Cádiz y buscaron el apoyo de otras ciudades como Sevilla, Córdoba, Barcelona, Huelva, etc, formándose “Juntas Provinciales” para movilizar a la población mediante promesas de sufragio universal, eliminación de impuestos, fin del reclutamiento forzoso y una nueva constitución.
Prim y Topete comenzaron una marcha hacia Madrid y a su encuentro se dirigieron las tropas realistas del Marqués de Novaliches, que avanzaron hasta Andalucía.
El ejército de Novaliches estaba compuesto con un total aproximado de diez mil hombres y los rebeldes, bajo el mando del general Serrano, formaban otro de tamaño similar, aunque con menos artillería.
Novaliches planteó su despliegue en la localidad de Alcolea, defendido por las tropas del general Serrano, fortificadas a sabiendas de que las circunstancias en el resto de España jugaban a su favor.
El 28 de septiembre, ambos ejércitos se encontraron y Novaliches realizó un ataque frontal que fue contenido por las tropas de Serrano siendo Novaliches herido gravemente en la cara y el general Jiménez de Sandoval que tomó el mando, ordenó retirarse a las tropas y comenzó las negociaciones.
La noticia llegó rápidamente a Madrid, y el Gobierno dimitió mientras la reina, que se encontraba en San Sebastián, se exilió a Francia y en el nuevo gobierno, se impusieron Prim y los suyos, siendo nombrado Serrano jefe del gobierno provisional mientras se formaban las Cortes constituyentes.
La implicación del Marqués de Novaliches en la batalla, siendo herido en la barbilla, le hizo ser objeto de burla con una canción popular:“ El general Novaliches/ en Córdoba quiso entrar/ y en el puente de Alcolea/ le volaron las «quijás»...”
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