Tal día como hoy 2 de septiembre de 1945, a bordo del acorazado Misuri, Japón firma su rendición, con lo que termina de manera oficial la Segunda Guerra Mundial.
A primera hora del día 2 de septiembre, sobre la cubierta del acorazado Missouri en la Bahía de Tokio, se ponía fin a la II Guerra Mundial con la firma del acta de rendición de Japón, un conflicto que había supuesto la muerte de entre 50 y 70 millones de personas en todo el mundo.
La capitulación de los japoneses tras sus derrotas consecutivas en el Pacífico, abocaban al Imperio de Hirohito a su rendición, pero como dicha rendición no llegaba, el presidente de los Estados Unidos Harry S. Truman, ordenó el lanzamiento de dos bombas atómicas en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, en el llamado “Proyecto Manhattan”.
La alternativa a este proyecto era invadir Japón, pero nunca sabremos qué habría ocurrido de tomar esta segunda opción, lo cierto es que tras el lanzamiento de las bombas atómicas, el emperador aceptó la rendición de su país.
El 15 de agosto de 1945, Japón aceptaba los términos y el emperador Hiroshito anunció en la radio la capitulación ese mismo día, donde se declaraba la rendición incondicional del país, en los términos exigidos por la Conferencia de Potsdam.
Después de aceptar las condiciones de los aliados, la rendición de Japón se convirtió en realidad y durante el evento, que duró tan sólo 23 minutos y sería retransmitido a todo el mundo, los representantes japoneses declaraban estar conforme con las cláusulas establecidas por "Estados Unidos, China, y la Gran Bretaña el 26 de julio de 1945 en Potsdam, y subsecuentemente por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, quienes en adelante serán referidos aquí como las Potencias Aliadas", como recogía el acta de capitulación.
Una vez que Japón y Estados Unidos estamparon su firma en el acta, el resto de potencias aliadas presentes - China, Reino Unido, Unión Soviética, Australia, Canadá, Francia, Países Bajos y Nueva Zelanda - sellaron un documento histórico que suponía la capitulación japonesa y con ello el final de la II Guerra Mundial.
El acta sería enviada posteriormente a Estados Unidos, donde se presentaría a Truman el documento en una ceremonia formal celebrada el 7 de septiembre.
Se ponía de este modo fin al conflicto tan cruel como mortífero y el que causó más muertes de toda la Historia de la humanidad.
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