Esta lucha fratricida estaba motivada por ambiciones políticas, envidias y viejas rencillas que ni los abades de Santo Domingo de Silos y San Salvador de Oña consiguieron parar, y cuyo resultado cambió para siempre la historia de Castilla.
Tras la muerte del conde García Sánchez de Castilla el año el 1028, Sancho III “el Mayor” ocupó su condado alegando los derechos de su esposa, para dotar con él a su hijo Fernando y a su muerte dividió sus dominios entre sus hijos: García Sánchez III, que heredó Pamplona, más Álava y la mitad del Condado de Castilla y Fernando, que recibiría el resto del Condado de Castilla.
La Batalla de Atapuerca enlaza con la Batalla de Tamarón de 1037, cuando Fernando - entonces conde de Castilla - le pidió ayuda a su hermano, García de Navarra para luchar contra el rey de León, para lo cual le prometió tierras, entre las que estaba Atapuerca, y cuando Fernando salió victorioso, durante años Atapuerca pasó a ser parte del reino navarro.
Sin embargo, cuando Fernando se convierte en rey de León y conde de Castilla, se arrepiente e intenta negociar con su hermano la devolución de las tierras, pero las negociaciones son infructuosas y el rey leonés se encamina hacia ellas, acompañado por tropas castellanas, entre las que se encuentra el niño Rodrigo Díaz de Vivar, de la mano de su padre, Diego Laínez.
Tras un parlamento entre los hermanos García III y Fernando I en Atapuerca, se inicia una batalla que ocasiona bajas en ambos ejércitos, y durante la lucha, el rey de Navarra pierde la vida a causa de una traición, ya que su súbdito Sancho Fortún le clava su espada, vengando así el adulterio de su esposa, amante del rey navarro.
De la Batalla de Atapuerca, sale vencedor Fernando que recupera los territorios del norte de Burgos y engrandece su reino, pero es una triste victoria, empañada por la muerte de su hermano.
Como ya hemos dicho, algunas fuentes hablan de la presencia del Cid Campeador en la batalla, aunque debía tener entonces 11 años, por lo que lo más lógico es que, de haber asistido, lo hiciera sin combatir y al lado de su padre Diego Laínez.
Sin embargo, es seguro que el padre del Cid, Diego Laínez, fue un mesnadero que con sus huestes formara parte del ejército de Fernando I y está documentado que consiguió la recuperación de la Bureba para Castilla, en los meses siguientes a esta batalla.
Este año de 2017, la Junta de Castilla y León ha declarado como “Fiesta de Interés Turístico Regional” la conmemoración que cada año se hace, de la Batalla de Atapuerca.
https://www.youtube.com/watch?v=B9wl8mwZCw8
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