Tal día como hoy 19 de junio de 1940, las tropas alemanas atacan la línea Maginot por la retaguardia.
Después de la Primera Guerra Mundial, los países europeos quedaron traumatizados por el gran número de muertos y temiendo Francia que Alemania pudiese repetir la guerra, quiso tomar medidas preventivas.
Para ello, los mandos militares llegaron a la conclusión de que creando una barrera a lo largo de la frontera con Alemania, esto sería suficiente para impedir una nueva invasión.
Así pues se construyó a tal efecto, una línea de defensa en la frontera que fue bautizada con el nombre de “Línea Maginot” con fortificaciones de 400 Km. de longitud, que se extendía desde el Rin hasta Bélgica, no cruzando el Bosque de las Ardenas, porque los franceses lo consideraban inexpugnable e imposible de cruzar por un ejército.
Las obras se empezaron en 1930, acabando seis años después, con un costo de cinco mil millones de francos de la época - más de 5.000 millones de euros - y consistió en murallas de cemento de 3 a 4 metros de espesor, en donde se hallaban locales para alojar personal, enfermerías, almacenes, centrales eléctricas, telefónicas, ascensores e instalaciones de ventilación y calefacción.
Estaba comunicado todo el sistema, por una red de trenes subterráneos en galerías, para permitir el traslado de armas, municiones y personal de un lugar a otro según las necesidades y frente a ella los alemanes levantaron otra similar conocida como la “Línea Sigfrido”.
Sin embargo, tan costoso y sofisticado elemento defensivo, no evitó la derrota de Francia en 1940 ya que - al contrario - las divisiones alemanas la rodearon y atacaron en la región de Sedán, en su extremo occidental, de forma que los ejércitos aliados fueron cortados en dos.
La introducción de nuevos elementos en el escenario, como unidades acorazadas o aviación de combate, así como el uso de nuevas tácticas, hicieron que la línea Maginot pasase a la historia como uno de los fracasos estratégicos más costosos e inútiles de la historia.
Las confianza francesa en la inespugnabilidad de las Ardenas, debido a lo accidentado del terreno hizo que la zona no fuese reforzada y esto propiciaría la penetración alemana en la ofensiva de 1940, precisamente a través de esa zona.
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