La prisión también conocida como “La Roca”, estaba ubicada en una pequeña isla en el centro de la bahía de San Francisco en California, antiguamente utilizada como fortificación militar y posteriormente prisión federal hasta 1963.
Hoy en día, la isla es un lugar histórico, parte del Parque Nacional Golden Gate, pudiendo ser visitada en ferry desde San Francisco, siendo su primitivo uso el de fortificación militar española que guardaba la entrada de la bahía de la ciudad.
Después de la guerra civil en 1866 tras ser prisión militar, todo el complejo fue adquirido por el Departamento de Justicia y la isla se convirtió en prisión federal en agosto de 1934.
Durante los 29 años que estuvo en uso, por la cárcel pasaron muchos célebres criminales y la penitenciaría se jactaba de que ningún preso escapó con éxito, pero el 13 de junio de 1962, Frank Morris, John Anglin y Clarence Anglin llevaron a cabo una de las más complicadas e imaginativas fugas jamás concebidas.
Los prisioneros cincelaron el hormigón reblandecido por la humedad alrededor de un respiradero, que conducía a un pasillo no vigilado, utilizando una cuchara de metal soldada con la plata de una moneda y un taladro eléctrico improvisado a partir de una aspiradora robada.
El ruido era disimulado con el sonido de un acordeón y el progreso de sus trabajos se ocultaba con falsas paredes de cartón que, en la oscuridad de las celdas engañaba a los guardias.
También robaron varios impermeables con los que fabricaron balsas para usarlas en su huida, dejando en sus camas muñecos hechos de pasta de papel maché a los que habían pegado también cabellos reales obtenidos en la peluquería de la prisión consiguiendo con ello engañar a los guardias.
Algunos objetos pertenecientes a los fugados fueron encontrados en la cercana isla Ángel, y el informe oficial sostuvo que los fugitivos se ahogaron al intentar llegar a tierra en las aguas frías de la bahía, aunque sus cuerpos nunca fueron encontrados.
En un especial televisivo, el Canal de Historia desveló una fotografía en la que supuestamente aparecerían los hermanos Anglin en Brasil trece años después de la hazaña.
La fuga del recinto, pesadilla de los presos, terminó plasmada en la gran pantalla a través del clásico “La fuga de Alcatraz” de 1979, en la que Clint Eastwood encarnó a Frank Morris, un ladrón con largo historial delictivo y gran ingenio.
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