lunes, 25 de junio de 2018

Los orígenes de la masonería moderna

Tal día como hoy 25 de junio de 1717, se funda la Gran Logia Unida de Inglaterra, base de la masonería moderna.

Los gremios de constructores, albañiles y arquitectos ya se mencionan en el código de Hammurabi, - 1692 a. C. - aunque el primer código masónico fue el que el rey Athelstan de Inglaterra dio a estas corporaciones en el año 926, llamadas “Constituciones de York”.

Existen numerosos ejemplos de la presencia de mujeres en organizaciones mediales antecesoras de la masonería moderna y en el siglo XIII era aceptada su pertenencia en las cofradías profesionales, haciendo mención a la existencia de "hermanos" y "hermanas".

La masoneria se define a sí misma como una institución no religiosa, filantrópica, simbólica y filosófica basada en la fraternidad y la búsqueda de la verdad mediante la razón, para fomentar el desarrollo social y moral del ser humano.

Se organiza en estructuras denominadas “logias”, que pueden estar agrupadas en otras organizaciones superiores llamadas "Gran Logia" o "Gran Oriente".

La masonería moderna apareció en Europa a finales del XVII, como organización formativa basada en el “simbolismo de la construcción” y dedicada a desarrollar la reflexión y el diálogo.

En su historia se registran numerosas disidencias, muchas relacionadas con la admisión de la mujer en su seno; sus creencias religiosas o su forma de trabajo, lo cual ha dado lugar al nacimiento de distintas corrientes, que a veces no se reconocen entre ellas.

Este fue el caso de “La Gran Logia Unida de Inglaterra” hoy principal cuerpo de la masonería en aquel país, formada por unos 270.000 miembros y considerada como el principal referente mundial de la corriente denominada “regular”, para distinguirla de la que admite a las mujeres.

No establece para sus miembros la condición de creer en Dios o en un Ser Supremo ni el juramento sobre un libro de la Ley Sagrada.

Se constituyó en una taberna de Londres, pero pronto surgió otra rival, la “Gran Logia de Masones Libres”, que sostenían que los primeros se habían apartado de los antiguos ritos, mientras ellos seguían las reglas del año 926, siendo conocidos como la “Gran Logia de los antiguos”, en contraposición a la primera que – paradójicamente - se denominaba de los “modernos”.

En 1809, las dos Logias iniciaron negociaciones para llegar a una unión equitativa, que se produjo en diciembre de 1813 y en la actualidad el príncipe Eduardo ejerce en ella como Gran Maestro.

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