Tal día como hoy 15 de septiembre de 1940, ante los continuos bombardeos sufridos en Londres, la RAF – Real Fuerza Aérea- lanza un contraataque contra una formación de bombarderos alemanes que se acercan por el Canal de la Mancha, derribando, según informes, a 185 aviones.
Estas bajas, unidas a las sufridas por las fuerzas de invasión estacionadas en los puertos franceses a manos de los bombarderos británicos, serán lo bastante serias como para convencer a Hitler de dejar a un lado sus planes de invadir Gran Bretaña.
La Operación “León Marino” fue un plan alemán para invadir Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial, que no llegó a ejecutarse, si bien sus preparativos fueron muy intensos y la amenaza de invasión se mantuvo durante bastante tiempo.
El fracaso de la Luftwaffe en su lucha contra la RAF durante la batalla de Inglaterra, fue un factor clave para la cancelación de este plan, que fue mencionado por primera vez ante Hitler el 21 de mayo de 1940.
Planteaba una invasión por sorpresa a pequeña escala, seguida por una segunda oleada que incluiría divisiones panzer y motorizadas. El alto mando de la Luftwaffe reseñó, que “la operación puede ser considerada solo en condiciones de absoluta superioridad aérea”, puesto que la Royal Navy tenía un poderío muy superior al alemán en buques de superficie.
Sólo cuando se hizo patente que el gobierno inglés no estaba dispuesto a entablar negociaciones de paz, Hitler, permitió que se analizase y planificase la operación y en julio se cursaron las órdenes para preparar la invasión y se sugería realizar acciones preliminares, como la toma de la isla de Wight, estableciendo que todos los preparativos debían estar terminados para el 15 de agosto de 1940.
Tales objetivos eran: Que el poder ofensivo de la RAF debía ser reducido hasta el punto de evitar que interfiriese con el cruce del estrecho; las rutas marinas debían ser despejadas de minas enemigas; la artillería costera debería utilizarse para proteger el cruce del Canal y las fuerzas navales británicas debían ser hostigadas, al mismo tiempo que las fuerzas navales italianas apoyaban la acción atacando a la Royal Navy en el Mediterráneo antes del desembarco.
Un requisito esencial de la operación, como se ha señalado, era la superioridad aérea, clave para que pudiese mantenerse a la Royal Navy fuera de los Estrechos. Por ello, la primera parte de la operación consistió en grandes ataques aéreos en varias fases.
Sin embargo, la incompetencia del mariscal Goering y su cambio de objetivo a partir del 7 de septiembre de 1940, cuando, a consecuencia de los ataques ingleses sobre Berlín a fines de agosto, se interrumpieron los ataques masivos alemanes contra los aeródromos británicos y se tomó como blancos principales Londres y las ciudades de producción bélica.
Esto hizo, que no se consiguiese la necesaria supremacía aérea y los mandos alemanes recapacitasen sobre la oportunidad de la invasión hasta que finalmente, el plan terminó por ser arrinconado y olvidado ante las nuevas prioridades surgidas a los alemanes en el frente de Rusia.
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