Tal día como hoy 20 de septiembre de 1187 el sultán Saladino comienza el sitio de Jerusalén.
El resultado fue la reconquista de la ciudad, el colapso del Reino de Jerusalém y el pretexto para los cristianos del inicio de la Tercera Cruzada.
Tras la derrota de “Los Cuernos de Hattin”el 4 de julio de 1187, el cristiano Balián de Ibelín, pidió a Saladino salvoconducto para Jerusalém que le fue concedido, a condición de que no permaneciera en la ciudad, pero los habitantes le suplicaron que se hiciera cargo de la defensa y Balián aceptó.
Encontró una situación calamitosa, con Jerusalém llena de refugiados y preparó el almacenamiento de alimentos para el asedio. Saladino quería tomar la ciudad sin derramar sangre, pero los cristianos preferían destruirla antes de verla entregada y así comenzó el sitio.
El 26 de septiembre los muros fueron atacados por máquinas de guerra y proyectiles y una parte de la pared se derrumbó, pero los musulmanes no pudieron penetrar en la ciudad, por lo que tras larga negociación, se aceptó la rendición y se acordó que se entregaría pacíficamente el 2 de octubre.
Todos los habitantes tenían un mes para pagar su rescate, pero Saladino - mucho más generoso que en su día lo fueron los cristianos - liberó a muchos sin el pago permitiendo una marcha ordenada e impidiendo el asesinado en masa que se había producido, cuando los cruzados tomaron la ciudad en 1099.
Incluso el sultán permitió al patriarca de Jerusalém evacuar tesoros de iglesias y relicarios, hecho que escandalizó a los musulmanes. Algunos de los refugiados se dirigieron a Trípoli, donde se les negó la entrada y fueron despojados de sus posesiones por los propios cristianos.
Otros marcharon a Egipto, de donde embarcaron para Europa y Saladino permitió peregrinaciones cristianas a Jerusalém, y dejó la Iglesia del Santo Sepulcro en manos cristianas.
Mientras, las noticias de la desastrosa derrota fueron traídas a Europa y se hicieron planes para una nueva cruzada; el papa Gregorio VIII emitió la bula “Audita tremendi”, instaurándose los “diezmos de Saladino” con el fin de financiar los gastos.
En la película Kingdom of Heaven, - El reino de los cielos - de Ridley Scott, el sitio de Jerusalém, es su parte más histórica, aunque tenga mucha imaginación añadida.
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