El ataque de gas sarín en el metro de Tokio, fue un acto de terrorismo perpetrado, en cinco ataques coordinados, en los que liberaron gas sarín en varias líneas del Metro resultando trece personas asesinadas, y cincuenta quedaron gravemente heridas y casi mil presentaron problemas temporales de visión.
El grupo, liderado por Shōkō Asahara, ya había llevado a cabo varios asesinatos y ataques terroristas con sarín, como el denominado “incidente de Matsumoto”, nueve meses antes, que acabó con la vida de 8 personas.
En la redada posterior al ataque, la policía arrestó a muchos miembros del culto y continuó actuando durante todo el verano, y más de 200 miembros fueron arrestados, incluyendo Asahara.
Trece altos directivos de Aum fueron condenados a muerte y posteriormente ejecutados en 2018. Otros tantos fueron condenados a cadena perpetua, siendo el ataque más serio ocurrido en Japón desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
El metro de Tokio, es uno de los sistemas de transporte de cercanías más activos en el mundo, en plena hora punta de la mañana, cuando el veneno fue utilizado.
El agente químico utilizado, sarín líquido, estaba en bolsas de plástico que cada equipo envolvió en periódicos y cada uno de los atacantes llevaba en dos paquetes con un total de 900 ml de sarín, excepto Yasuo Hayashi, quien llevaba tres paquetes. Una sola gota de sarín del tamaño de una cabeza de alfiler puede matar a un adulto.
Con sus paquetes de sarin y paraguas con puntas afiladas, abordaron los trenes designados y en las estaciones preestablecidas, los paquetes fueron abandonados y pinchados varias veces con las puntas afiladas de los paraguas.
Luego, los autores se bajaron del tren y salieron de la estación pero al dejar los paquetes perforados en el suelo, el sarín se empezó a escapar en el vagón del tren y las estaciones, afectando a los pasajeros, trabajadores del metro y aquellos que entraron en contacto con ellos.
El sarín es el más volátil de los agentes nerviosos, lo que significa que puede evaporarse rápida y fácilmente desde líquido a vapor y propagarse en el ambiente y las personas pueden estar expuestas al vapor incluso sin entrar en contacto con la forma líquida del sarín y, debido a que se evapora muy rapidamente, presenta una amenaza inmediata.
El popular novelista Haruki Murakami escribió "Subterráneo" en 1997 y criticó a los medios de comunicación japoneses, por su enfoque sensacionalista en los atacantes, ignorando a las víctimas.
El libro, contiene extensas entrevistas con sobrevivientes de los efectos del gas.
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