Tal día como hoy 11 de mayo del 2011, Dinamarca, firmante del Tratado de Schengen, restablece los controles fronterizos con Suecia y Alemania, para frenar la ola de criminalidad en el país.
El espacio de libre circulación, conocido como Espacio Schengen, es uno de los grandes éxitos de la historia de la UE y supone la eliminación de las fronteras internas entre 26 países. Ya no hay control de pasaportes ni de mercancías y cuando se entra en la UE a través de uno de sus firmantes, ya no hacen falta más controles para moverse entre los demás.
El Código de Fronteras de Schengen permite en efecto, que un país suspenda su aplicación, pero sólo "temporalmente" y en el "caso de una amenaza seria" o cuando hay "razones de seguridad interna"."El objeto y la duración de esa medida temporal debe restringirse al mínimo imprescindible para responder a la amenaza en cuestión", como "medida de última instancia", dice la Comisión Europea.
La prerrogativa de hacerlo es de cada Estado Miembro y corresponde a los gobiernos analizar la situación, evaluar la amenaza o emergencia, con criterios propios, pero todos tienen una idea muy clara de qué se contempla como admisible y qué no.
Los paises que estén considerando la medida deben notificárselo a la Comisión, y al resto de socios “al menos cuatro semanas antes" de la entrada en vigor de la medida, salvo que se trate realmente de una emergencia y Bruselas puede expresar su opinión sobre la necesidad o no de controles o si es "proporcional", pero no tiene derecho de veto.
Por paradójico que suene, suspender Schengen es, al mismo tiempo, muy grave y algo rutinario ya que los gobiernos lo hacen constantemente, por ejemplo antes de eventos deportivos o culturales y con reuniones políticas de alto nivel, pero tan solo durante unos días.
También se ha invocado esa potestad en numerosas ocasiones tras atentados, como hizo Francia, por ejemplo, tras los ataques en París de enero y noviembre de 2015 para intentar atrapar a los autores. Eso son situaciones muy concretas, incluso si se prolongan en el tiempo, como en el caso francés, que de una manera u otra ha mantenido el cierre de fronteras todos estos estos años. Ahora mismo, desde el 30 de abril, tiene una suspensión de seis meses, hasta finales de octubre, por "amenaza terrorista persistente".
La situación más seria, sin embargo, está en riesgo como resultado de deficiencias serias y persistentes en el control de las fronteras exteriores", como la crisis política derivada de las llegadas de inmigrantes y refugiados desde el verano de 2015, que ha estado a punto de hacer saltar por los aires la libre circulación, ante la incapacidad de los gobiernos de encontrar soluciones.
Ahora mismo, además de Francia, cinco países mantienen controles hasta el 11 de noviembre: Austria, Alemania, Dinamarca, Suecia y Noruega.. Para esos casos, mucho más serios, el Consejo de la UE debe emitir una recomendación, la Comisión hace un análisis y el país que lo solicita debe presentar informes de evolución.
La libre circulación, sólo tiene sentido si se basa en la confianza total en los sistemas judiciales, que haga automática la entrega de una persona reclamada por la Justicia de otros Estado Miembro.
No resultará extraño, que de mantenerse la errática y contradictoria política migratoria de la UE, el gran logro que supuso el Tratado de Schengen, sea dentro de poco, tan solo papel mojado.
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