José Julián Martí Pérez nació en La Habana el 28 de enero de 1853 de padres españoles, su padre era natural de Valencia y su madre de Santa Cruz de Tenerife, pasando su infancia en Valencia.
De España se traslada a París por breve tiempo y por Nueva York llega a Veracruz el 8 de febrero de 1875, donde se reúne con su familia. Del 2 de enero al 24 de febrero de 1877 estuvo de incógnito en La Habana como Julián Pérez, como catedrático de Literatura e Historia de la Filosofía, volviendo a México, para contraer matrimonio.
En 1878 vuelve a Cuba, para radicarse en La Habana y comenzó sus labores conspirativas figurando entre los fundadores del Club Central Revolucionario Cubano, y posteriormente del Comité Revolucionario Cubano, radicado en Nueva York, que lo nombró subdelegado en la isla.
Entre el 24 y el 26 de agosto de 1879 se produce un nuevo levantamiento en las cercanías de Santiago de Cuba y Martí es detenido y deportado nuevamente a España, por sus vínculos con la conocida como “Guerra Chiquita”,
Martí logró llevarse consigo a su esposa e hijo, hasta que resultó electo vocal del Comité Revolucionario Cubano, del cual asumió la presidencia. Martí alcanzaría renombre en América a través de artículos y crónicas que enviaba desde Nueva York a importantes periódicos.
A mediados de 1882 reinició la labor de organizar a los revolucionarios comunicándoselo mediante cartas a Máximo Gómez Báez y Antonio Maceo y se reúne por primera vez con ambos líderes, para comenzar un plan insurreccional, aunque luego se separó del movimiento por desacuerdos con los métodos de dirección.
En 1893 y 1894 recorrió varios países de América y ciudades de Estados Unidos, uniendo a los principales jefes de la Guerra del 68 entre sí y aceleró los preparativos del “Plan Fernandina”, que pretendía promover una guerra corta. Sin embargo, el Plan Fernandina fue descubierto y a pesar del gran revés que ello significó, Martí decidió seguir adelante con los planes de pronunciamientos armados en la Isla.
El 29 de enero de 1895, firmó la orden de alzamiento y partió de Nueva York a República Dominicana, donde lo esperaba Máximo Gómez, con quien firmó en marzo de 1895 un documento conocido como “Manifiesto de Montecristi” y ambos líderes llegan a Cuba en abril de 1895, donde las fuerzas rebeldes, acordaron conferir a Martí, el grado de Mayor General.
El 19 de mayo de 1895 una columna española se desplegó cerca de donde acampaban los cubanos y al llegar al lugar de la acción, se le indicó detenerse y permanecer en un lugar más seguro.
No obstante, en el transcurso del combate, se separó de las fuerzas cubanas, acompañado solamente por su ayudante y cabalgó, sin saberlo, hacia un grupo de españoles, siendo alcanzado por tres disparos que le provocaron heridas mortales.
Su cadáver no pudo ser rescatado por los cubanos y fue finalmente sepultado, con honores militares, el día 27 de mayo, en el Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.
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