Tal día como hoy 14 de septiembre del año 81, en Roma, y tras la muerte de su hermano el emperador, Tito, Domiciano es proclamado emperador por el senado y las guarniciones militares. Quince años después, en septiembre del 96, será asesinado en una conspiración palaciega en la que su esposa Domicia estará implicada.
Domicia Longina fue una mujer que conoció el gobierno de ocho Césares de Roma, y se casó con uno de ellos - uno de los peores monstruos del Imperio - y fue amante de otro, creciendo con el odio que da el saber que su propio padre se suicidó, por orden de uno de los poderosos Césares.
Pese a todo esto, Domicia Longina fue una emperatriz querida por el pueblo y un ejemplo de rectitud para cualquier matrona romana.
Domicia nació durante el reinado de Nerón, en el seno de una familia aristócrata importante, ya que su padre era el general Gneo Domicio Corbulón, que había servido a Calígula y a Claudio y combatido con éxito en todas las fronteras del Imperio, y cuya popularidad entre la plebe y sobretodo en el ejército, era inmensa.
Nerón, temeroso de que alguien pudiera obtener más fama que él, comenzó a recelar del gran general hasta el punto de ordenar su ejecución. Primero se le ofreció el suicidio como alternativa para salvar a su familia, a lo que Corbulón accedió, dejándose caer sobre la punta de su espada.
La muerte de su padre, convirtió a Domicia en una mujer fría y, por aquel entonces ya tenía fama en Roma por su belleza y tiempo después Domicia se casó con Lucio Elio, un hombre de rango senatorial, con quien tuvo una vida placentera y el futuro se auguraba feliz, hasta que Domiciano, un hombre sin escrúpulos, hizo lo posible para que el matrimonio tocase a su fin, para poder seducir a la bellísima Domicia.
Domiciano logró su objetivo y la vida de la joven se vio sujeta a los caprichos de un loco, que la forzaba y humillaba constantemente. En ese tiempo se dice, que fue amante de Tito, y al parecer Domicia llegó a amar de verdad al hermano de su esposo, quien siempre la trató con cariño.
Pero una enfermedad, acabó con la vida del emperador Tito, tras sólo dos años en el trono y el terrible Domiciano tenía el camino despejado para ocupar la dignidad de César y consumar su venganza sobre su esposa Domicia, dejando morir al hijo que ambos tenían en común.
Domicia no ocultaba su odio y desprecio y fue la única persona que tuvo el valor para enfrentarse al depravado y cruel Domiciano y, debido a su popularidad entre la gente, el emperador no pudo ordenar su ejecución.
La emperatriz fue desterrada, pero algunos años después fue llamada de nuevo al palacio porque Domiciano, quería mantener imagen de gobernante justo y benevolente, pero Domicia se refugiaba en su odio y su esposo, la humilló aún más, al acostarse con su sobrina, Flavia Julia, hija del anterior emperador.
Finalmente, tras quince años de gobierno, el tirano Domiciano fue asesinado en una conjura en la que la propia Domicia participó y fue entonces cuando, una ya madura Domicia, decidió retirarse de la vida pública, para intentar vivir en paz el resto de sus días, alejada de las intrigas del poder.
El emperador Trajano, le concedió su deseo y la vieja emperatriz, desapareció de Roma, desconociéndose el año de su muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario