domingo, 29 de septiembre de 2019

Miguel Servet, víctima de la intolerancia

Tal día como hoy 29 de septiembre de 1509 o en el mismo día de 1511, nace en Villanueva de Sigena en Huesca  -España- el médico y teólogo Miguel Servet - cuya fecha exacta de nacimiento se desconoce - , descubridor de la circulación pulmonar de la sangre.

Calvino, tras leer dicho descubrimiento, denunciará a Servet ante la Inquisición de Lyon y será repudiado por católicos y protestantes, arrestado en Ginebra, sometido a juicio y condenado a morir en la hoguera por hereje, por defender el bautismo a la edad adulta y negar la Trinidad.

Su muerte en la hoguera abrirá una agria polémica en el frente protestante sobre la aplicación de la pena de muerte por razones de supuesta herejía que finalmente conducirá al reconocimiento de la libertad de pensamiento y de expresión de las ideas.

Cuando Miguel Servet llegó a Ginebra, sólo pretendía pasar inadvertido en su camino hacia Italia, donde esperaba encontrar mayor tolerancia religiosa, pero cometió un error. Tenía curiosidad por escuchar el sermón de Juan Calvino, uno de los padres de la Reforma Protestante, así que acudió a su iglesia, donde fue reconocido y arrestado y poco más de dos meses más tarde fue quemado vivo en la hoguera junto a sus libros.

No están muy claros ni el lugar ni la fecha en que Servet vino al mundo, aunque probablemente fue en Villanueva de Sigena -Huesca - en 1509 o en 1511. Era hijo de un notario y descendiente de una familia judeo-conversa  y destacó desde pequeño en el dominio del latín, el griego y el hebreo, llegando a ser confesor y consejero de Carlos V.

Con estos contactos, comienza a viajar por Europa como parte del séquito imperial, entra en contacto con las ideas de la Reforma y se atrevió a a negar el dogma de que Dios es único y existe a la vez como Padre, Hijo y Espíritu Santo, por lo que tanto católicos como protestantes se escandalizan y la Inquisición comienza a perseguirle.

Aunque el campo de la medicina seguía dominado por las viejas enseñanzas de Galeno, Servet, en compañía de Andrés Vesalio, considerado después el padre de la anatomía moderna, disecciona cadáveres y realiza descubrimientos interesantes.

En 1553 y dentro del libro, “Restitución del Cristianismo” publica su gran hallazgo científico, la circulación menor de la sangre, es decir, el recorrido que hace entre el corazón y los pulmones. Al comprender que el corazón impulsa la sangre para que se oxigene en los pulmones, Servet  no sólo está hablando de medicina, sino que le da a un sentido teológico a su hallazgo científico.

Desde hacía años, Servet se había estado carteando con Calvino, pero sus ideas eran muy dispares y la relación se volvió cada vez más tensa, así que es posible que fuese el propio teólogo protestante quien reveló la identidad del autor de la obra y la Inquisición recibió las cartas como prueba y el aragonés fue arrestado en Viena, pero logró escapar.

A su paso por Ginebra, camino de Italia, Servet fue reconocido y, tras ser detenido y juzgado, fue condenado a morir en la hoguera. Su muerte en 1553, suscitó una fuerte polémica entre los protestantes, sobre la aplicación de la pena capital por razones de supuesta herejía.

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