Tal día como hoy 17 de septiembre de 1939, el ejercito soviético invade Polonia oriental, que pasa a control de la Unión Soviética. La invasión soviética de Polonia fue una operación militar iniciada en los primeros compases de la Segunda Guerra Mundial, dieciséis días después de la invasión de Polonia por parte de la Alemania nazi.
El 17 de septiembre, el Ejército Rojo invadía la Polonia Oriental, con lo que se cumplían así las cláusulas secretas del pacto entre Hitler y Stalin, que suponía la participación de la URSS en la guerra y un nuevo reparto de Polonia.
Los blindados del Ejército Rojo avanzaban dentro del territorio polaco para “proteger a la fraternal población de Ucrania y Bielorrusia”, agrupados en dos frentes: el Ucraniano y el Bielorruso, con gran cantidad de carros, vehículos e infantería.
La sorpresa de los polacos es total, ya que en ese momento, sus tropas luchan a la desesperada en un intento de realizar un último plan defensivo contra los ejércitos del Reich - el Saliente Rumano - consistente en retirar todas las tropas posibles a la zona fronteriza con Hungría y Rumanía y resistir hasta el - todavía esperado - ataque de Francia y el Reino Unido.
La lucha sigue siendo muy intensa, pero ya no son unidades cohesionadas las que ofrecen resistencia, sino restos de divisiones y brigadas que, aisladas, combaten para escapar al cerco de las divisiones alemanas y poder así unirse al resto de los ejércitos polacos.
Con todas las tropas comprometidas en la lucha contra los alemanes, sólo quedan para defender la frontera las unidades de la Defensa Territorial y restos de las tropas regulares en retirada.
El Estado Mayor polaco, impotente ante esta nueva situación, abandona el ya inviable plan del Saliente Rumano y ordena no combatir a las fuerzas soviéticas, para concentrar todos los esfuerzos en que las unidades que todavía luchan contra los alemanes, logren escapar hacia las fronteras de Rumanía y Hungría, y pasar de estos países a Francia o el Reino Unido y así poder proseguir la lucha.
Sin embargo, y en medio de la confusión reinante, muchas unidades resisten al nuevo invasor, y aunque no se dan combates de la magnitud de los que se han producido, o se siguen produciendo contra los alemanes, alrededor de ciudades como Vilna o Grodno hay duros enfrentamientos.
La guerra, tanto contra los alemanes como contra los soviéticos, proseguirá hasta el 6 de octubre; pero la suerte está echada. Los núcleos aislados de resistencia van capitulando poco a poco...
Los soviéticos solían saltarse los términos de las rendiciones y en algunos casos, prometieron a los soldados polacos la libertad si se rendían, pero terminaron haciéndoles prisioneros, cuando estos depusieron las armas.
Aunque derrotados en el combate, los polacos se negarán a firmar tratado de paz alguno.
Gracias! Muy buena reseña
ResponderEliminarinteresante, os lo agradezco
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