Tal día como hoy 22 de septiembre de 1862, en Estados Unidos, el presidente Lincoln emite la “Proclamación de Emancipación”, mediante la cual se emancipa a aquellos esclavos que viven en territorios rebeldes.
Si bien Lincoln estaba aún dispuesto a tolerar la esclavitud, esta Proclama ya comienza a establecer el precedente de abolición y en 1864, expresará su apoyo a una Enmienda Constitucional que abola la esclavitud. La Enmienda, será finalmente aprobada y la esclavitud finalmente abolida, el 18 de diciembre de 1865, ocho meses después del asesinato de Lincoln.
El 18 de diciembre de 1865, se promulgó la Decimotercera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, aunque – irónicamente - Lincoln no vivió para ver hecho realidad su sueño, pues había sido asesinado el 15 de abril.
Lincoln nació el 12 de febrero de 1809 en una familia con antecedentes ingleses y su niñez y adolescencia estuvieron marcadas por carencias y cambios de residencia. Nunca acudió a una escuela y fue autodidacta.
Esa primera mitad del siglo XIX eran días en los que el país crecía hacia el occidente, a tierras inexploradas. Además, se estableció una línea imaginaria, que dividió al país: en el sector norte, la esclavitud quedó prohibida. Fue, sin embargo, un convenio frágil que poco duró, a nadie gustó y los ánimos estaban más caldeados que nunca.
Para los estados del sur, la abolición de la esclavitud, significaba el final de su comercio mundial del algodón y de su opulento estilo de vida y en el norte, mientras, había un creciente descontento porque eran conscientes de que aquellos no cumplían con los compromisos.
Finalmente, la guerra estalló. El sur no deseaba invadir los territorios del norte, sino evitar ser invadido. El conflicto se cobró más de un millón de víctimas y comenzó el 12 de abril de 1861 cuando los sureños atacaron Fort Sumter, enclave federal que defendía la entrada a Charleston.
En medio de la guerra, en 1964, Lincoln fue reelegido presidente y finalmente, el 9 de abril de 1965, el general Robert Lee, en representación de los estados sureños, firmó la rendición, pero la paz iba a ser difícil.
Cinco días después, mientras se encontraba en el palco del Ford’s Opera House de Washington, el presidente recibió un disparo en la cabeza por parte del actor John Wilkes Booth, declarado seguidor de la causa sudista y murió poco después de las siete de la mañana, sin ver concretado su sueño de libertad.
Creer en la libertad para todos por igual, lograr que los negros dejaran de ser esclavos y que tuvieran derecho al voto, fueron ideas revolucionarias que, resultaron inaceptables en aquella turbulenta época y eso le costó la vida.
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