Tal día como hoy 1 de septiembre de 1939, sin ningún tipo de advertencia o declaración de guerra previa, en la madrugada, cumpliendo órdenes de Adolf Hitler, un millón y medio de soldados alemanes, que forman parte de cinco ejércitos formados por tropas de infantería, tanques y caballería, penetran en territorio polaco por diferentes frentes.
Poco después, aviones alemanes bombardean las ciudades de Katowice, Krakovia, Tczew y Tunel con bombas incendiarias. En Varsovia los ataques aéreos comienzan a las 9:00 hora local. Ante esta vulneración del derecho internacional, Gran Bretaña y Francia han movilizado sus fuerzas y se preparan para la guerra contra Alemania por segunda vez en este siglo. Comienza de este modo lo que será la devastadora y cruel II Guerra Mundial.
A las 4:43 horas de la madrugada del 1 de septiembre, un grupo aviones alemanes modelo Stuka, de bombardeo en picado, que sobrevolaban los alrededores del Río Vístula, fijaron sus puntos de mira contra el Puente de Dirschau y acto seguido, los aparatos descendieron a gran velocidad contra el objetivo.
Los Stuka soltaron sus bombas e instantes después, se produjo una gran explosión que destruyó completamente el Puente Dirschau, echó abajo varias casamatas y se cobró las primeras víctimas mortales de la Segunda Guerra Mundial.
Poco después de producirse los primeros disparos de la Segunda Guerra Mundial, el acorazado alemán Schleswig-Holstein, fondeó frente a la base naval polaca de Westerplatte y con las primeras luces, las grandes baterías del acorazado, bombardearon intensamente, convirtiendo el arsenal polaco en un montón de ruinas llameantes.
Minutos más tarde, unos 1.725 efectivos de marina alemanes desembarcados en los muelles y atacaron las instalaciones. Sin embargo los polacos, bien parapetados tras los escombros dejados en el bombardeo, acribillaron a los asaltantes forzándoles a replegarse con 82 bajas entre muertos y heridos.
No obstante y a pesar de que la guarnición de Westerplatte resistió, el resto de fuerzas polacas en Danzig capitularon en todos los edificios gubernamentales prácticamente sin resistencia, salvo la Oficina de Correos que aguantó varias horas, hasta su rendición después de sufrir 10 muertos. Una vez ocupada la ciudad, el Estado de Danzig declaró oficialmente su reincorporación al Tercer Reich.
Al amanecer de aquel día, más de 1.000 aviones de la Luftwaffe sobrevolaron Polonia bombardeando objetivos militares, que se centraron en los aeródromos y, solo en el Aeropuerto de Rakowice, más de 28 aviones polacos resultaron pulverizados sobre la pista.
Mientras tanto, otras escuadrillas atacaron las ciudades y arrojaron varias toneladas de bombas sobre la capital, Varsovia, y acto seguido, las columnas de Panzer seguidas por la infantería rompieron las barreras fronterizas entrando en Polonia.
El III Ejército Alemán arrolló las trincheras polacas, avanzado hacia el oeste; mientras que desde Pomerania el IV Ejército Alemán, partió en la misma dirección para cerrar en una pinza, los puertos del Mar Báltico
Concluido aquel primer día de la guerra, la situación de Polonia era muy delicada. Por un lado los Ejércitos Polacos habían sido duramente castigados por la artillería alemana y los trenes blindados, mientras que un alto porcentaje de la Fuerza Aérea Polaca y la Marina habían resultado neutralizadas, tanto en el aire como en el mar y los alemanes avanzaron, prácticamente sin encontrar oposición.
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