martes, 10 de septiembre de 2019

El final de la Segunda Guerra Mundial en Italia

Tal día como hoy 10 de septiembre de 1943, en Italia, tras haberse producido la caída del régimen fascista a finales de julio, las tropas alemanas entran en la ciudad de Roma comenzado su ocupación que durará hasta la liberación de la citada urbe por el ejército angloamericano el 4 de junio de 1944.

El territorio Vaticano permanecerá sin violarse, demostrando el reconocimiento de la independencia de la Santa Sede por parte de la Alemania nazi.

Después de los desembarcos en Salerno, en septiembre de 1943, los aliados progresan lentamente hacia el norte y durante su marcha alcanzan la ciudad de Nápoles, liberada tras cuatro días de combates y los aliados hacen ya planes para un avance general sobre Roma, tan solo a un centenar de kilómetros.

La capital, ocupada por los alemanes, víctima del terror provocados por el bombardeo de la aviación aliada, hace que la confusión se adueñe de sus habitantes, que no saben bien quién ejerce el poder, si el gobierno del Reino de Italia, que da soporte a los aliados, o la República Social Italiana, que Mussolini ha organizado en el norte para combatirlos, y su única certeza es el control militar que detentan los alemanes y la autoridad moral del Papa Pío XII.

Iniciado el invierno, la progresión hacia Roma se ve detenida, por las difíciles condiciones climatológicas y, sobre todo, por la resistencia alemana, en torno a las sucesivas líneas defensivas. La principal de ellas, al sur de Roma, es la denominada Línea Gustav con eje en la localidad de Cassino. Las tropas, mandadas por el general británico Alexander, se verán frenadas en su lucha contra las sólidas posiciones germanas.

Se combate duramente durante cerca de seis meses, de diciembre de 1943 a mayo de 1944, y también fracasará el intento de flanquearla mediante el desembarco de Anzio, en enero de 1944, ante la falta de agresividad aliada y la siempre eficiente respuesta alemana. Sin embargo, el éxito de la “Operación Diadem” en mayo de 1944, y la ruptura en la cabeza de puente de Anzio, quiebran por fin la Línea Gustav y la resistencia de la Wehrmacht.

La situación alemana pasa ser crítica, con el riesgo de ver copadas sus tropas entre las fuerzas que avanzan desde Anzio y las que progresan desde el Sur. Pero, en una decisión muy criticada, en lugar de intentar cercar a los ejércitos del Reich en Italia, el general estadounidense Mark Clark, que dirige las tropas aliadas, se deja seducir por liberar Roma, a la que los alemanes han declarado “ciudad abierta”.

Las primeras tropas aliadas entran el 4 de junio y su caída es un golpe propagandístico enorme, pero se verá atenuado dos días después, cuando el 6 de junio de 1944 los aliados desembarcan en Normandía. Entre tanto, los alemanes, abandonada Roma, refugiándose en la Línea Gótica. 

Hitler está de acuerdo esta vez con sus generales y entre agosto y diciembre de 1944, los enfrentamientos se producirán por todo el frente y, aunque los aliados logran romper la Línea Gótica, los dos objetivos principales, tomar Bolonia y una ruptura del frente alemán, no se consiguen.

La llegada del invierno y el agotamiento de las tropas, frenan las operaciones y los aliados se ven obligados a pasar otro invierno más detenidos en Italia, mientras se recrudece la lucha entre los partisanos italianos, los alemanes y las fuerzas fascistas de la República Social, que subsiste en su reducto del norte del país.

El ejército alemán en Italia se rindió finalmente el 2 de mayo de 1945. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario