Tal día como hoy 15 de octubre de 1844, nace Wilhelm Nietzsche, filósofo, poeta, músico y filólogo alemán del siglo XIX, considerado uno de los filósofos más importantes de la filosofía occidental, cuya obra ha ejercido una profunda influencia tanto en la historia como en la cultura occidental.
Friedrich Wilhelm Nietzsche nació en Röcken, una pequeña ciudad prusiana. La temprana muerte de su padre, pastor luterano, provocado supuestamente por una herida en la cabeza en una caída, obliga a la familia a abandonar la casa en que residían, trasladándose en 1849 a Naumburgo.
En 1858 ingresa en el internado de Pforta, que había adquirido gran renombre en la época, y en el que se observaba un régimen estricto y tradicional, donde permanecerá hasta 1864 y donde desarrolla su admiración por el genio griego, leyendo sobre todo a Platón y Esquilo, así como por la música y la poesía y comienzan sus problemas de salud, sufriendo intensos dolores de cabeza que llegaban a durar varios días.
En 1864 ingresa en la universidad de Bonn, trasladándose más tarde a la de Leipzig, donde permanecerá hasta 1869, siguiendo los pasos de su maestro Ritschl y continuando en ella los estudios filológicos bajo su dirección, llegando a ser su discípulo predilecto.
De 1869 a 1879 Nietzsche permanecerá en Basilea, como profesor y en 1872 pública "El origen de la tragedia", obra muy mal recibida en los medios académicos y criticada por algunos especialistas en filología clásica.
En 1876 comenzará su distanciamiento del músico Wagner, que culminará poco después en una abierta oposición, ya que hasta entonces Nietzsche le había tomado como referencia ideal de artista y genio creador
En 1879, por problemas de salud, renuncia a su cátedra en la universidad de Basilea, y comienza un período que durará diez años, en un constante viajar por Suiza, Italia y Alemania así como por la efervescencia creativa que le conduce a la elaboración de la mayor parte de su obra.
A partir de 1882, residirá en ciudades como Génova, Messina, Roma, Orta, Basilea, Lucerna, Naumburgo, Leipzig, Santa Margherita, Florencia, Rapallo y Niza, entre otras y de este período datan algunas de sus obras más significativas, como "La genealogía de la moral", "Así habló Zaratustra" y "Más allá del bien y del mal".
Su salud, que ya le había dado motivos de preocupación en los años "errantes", empeora bruscamente, comenzando a manifestar síntomas de desequilibrio mental y aunque es trasladado de Turín a Basilea, para ser tratado, su estado empeora de nuevo, instalándose en Naumburgo con su madre y, luego de la muerte de ésta, en 1897, con su hermana Elisabeth en Weimar.
Pero ya no se recupera jamás. Morirá en agosto de 1900, habiendo alcanzado una gran fama y ejerciendo un notable influjo, que se dejará sentir en el pensamiento contemporáneo.
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