viernes, 4 de octubre de 2019

Rembrandt, un maestro del arte barroco

Tal día como hoy, 4 de octubre del año 1699 fallecía en Amsterdam -Países Bajos - Rembrandt, dibujante y grabador holandés, uno de los mayores maestros del estilo barroco, tanto en pintura como en grabados. Entre sus obras, destaca La Ronda de Noche o El Retorno del Hijo pródigo.

Rembrandt van Rijn, pintor holandés, nacido de una acomodada familia de molineros, recibió una esmerada educación, e ingresó en la Universidad de Leiden, donde estuvo solo un  año, ya que decidió dedicarse a la pintura.

En 1625, considerándose ya formado, abrió un taller en Leiden y no tardó en contar con una amplia clientela, mientras su arte evolucionó desde unos inicios de colores brillantes y gestos grandilocuentes, hacia una creciente afirmación del claroscuro.

Ya en época temprana, hacia 1630, el claroscuro se convierte en el más poderoso medio de expresión del pintor, tal como evidencian obras como “Sansón traicionado por Dalila” y “La presentación de Jesús en el templo”.

En 1630, a la muerte de su padre, se trasladó a Amsterdam, donde se asoció con un  marchante de arte, con cuya hija se casó, comenzando para él una etapa de prosperidad económica y de vida mundana, que se truncó repentinamente en 1642, año de la muerte de su esposa.

En 1656 se vio obligado a subastar todas sus pertenencias  -casa, colecciones de arte, etc. - hasta conocer a Hendrickje Stoffels, que entró a su servicio para hacerse cargo de su hijo, y con quien mantuvo una relación sentimental, sin llegar a casarse, para no perder la herencia de su mujer.

Las etapas, próspera y adversa, de la vida de Rembrandt, se reflejan en sus obras, mientras que los primeros son alegres, brillantes y un tanto superficiales, los de los últimos años tienen un carácter sombrío, sereno, y reflejan una profundidad muy superior. Cultivó, el arte religioso y el retrato que fueron los dos en que más brilló su talento de maestro del Barroco.

A Rembrandt se le recuerda, sobre todo por sus magistrales retratos de grupo, la perfecta caracterización de los personajes, el detallado estudio de los ademanes, la agudeza de los rostros, hacen de sus tres grandes creaciones de este género “La lección de anatomía del doctor Tulp” o “La ronda de noche” obras llenas de vida y de genio.

En las creaciones de los últimos años,  el pintor eleva sus conquistas al plano de la madurez del estilo, conseguido a base de años y de esfuerzo, y manifiesta un absoluto dominio de las técnicas y de los efectos.

Rembrandt fue también un gran dibujante y un grabador genial, que dejó cerca de 1.500 dibujos y alrededor de 400 grabados, obras plenamente barrocas, dominadas por la acción, el dramatismo y un realismo derivado de la observación del mundo muy característico del arte de los Países Bajos.

Rembrandt sobrevivió tanto a Hendrickje - fallecida en 1663— como a su hijo,  que murió en 1668, dejándole una nieta y murió un año después que este, el 4 de octubre de 1669, siendo enterrado en una tumba sin nombre en el Westerkerk de Ámsterdam.

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