Tal día como hoy 10 de octubre de 1843, la reina Isabel II de España, coloca la primera piedra del Congreso de los Diputados sobre el mismo lugar que ocupa el antiguo.
El proyecto del arquitecto Narciso Pascual y Colomer, quedará terminado en 1850, celebrándose el 3 de noviembre su solemne apertura y más adelante, se incorporarán los leones presidiendo y vigilando sus puertas.
El Congreso de los Diputados está situado en el Palacio de las Cortes, y es un edificio de estilo neoclásico, que se encuentra situado en Madrid . En el enclave donde hoy se encuentra el Congreso, se ubicaba el solar que antiguamente había albergado el Convento del Espíritu Santo, que quedó asolado por un incendio en 1823.
El 10 de octubre de 1843, una niña que ese día cumplía 13 años colocaba la primera piedra en las obras de construcción del Palacio del Congreso de los Diputados. Pero no era una niña cualquiera, sino Isabel de Borbón, que con esa edad cumplía la mayoría de edad necesaria para ser proclamada Reina de España.
La Reina utilizó una paleta que hoy día está expuesta en el Congreso de los Diputados y en la que se puede leer la siguiente inscripción: “Isabel II, Reyna de todas las Españas, usó esta paleta en el solemne acto de asentar, con sus reales manos, la primera piedra del Congreso de los Diputados”.
En la actualidad, el vestíbulo principal del Palacio del Congreso está presidido por Isabel II, en una escultura realizada por José Piquer Duart en mármol de Carrara. Se trata de una de las piezas más representativas de la escultura romántica.
El Palacio es un edificio de estilo neoclásico construido por el arquitecto Narciso Pascual y Colomer. Su fachada principal está compuesta por un pórtico clásico con seis columnas corintias.
Al final de la escalinata se encuentra una puerta de bronce, realizada por José María Sánchez Pescador; a ambos lados de la escalinata están situados los leones, obra de Ponciano Ponzano, fundidos con el bronce de los cañones capturados a las tropas marroquíes, en la guerra de 1860, en la Real Fábrica de Artillería de Sevilla.
Así reza una inscripción al pie, “con los cañones capturados al
enemigo en la Guerra de África de 1860” y que la cultura popular ha
bautizado como “Daoíz y Velarde”, en honor de los dos capitanes muertos
durante el levantamiento del dos de mayo.
Estos animales tampoco
se libran de su particular leyenda urbana, pues según la misma el
escultor se negó a esculpirlos ya que pensaba que tallar animales daba
mala suerte, siendo finalmente convencido para ello y muriendo en
extrañas circunstancias tres años más tarde.
El frontispicio, también de Ponciano Ponzano, representa a España abrazando la Constitución y rodeada de la Fortaleza, la Justicia, las Ciencias, la Armonía, las Bellas Artes, el Comercio, la Agricultura, los Ríos y Canales de navegación, la Abundancia y la Paz.
Las obras duraron 7 años y la inauguración se llevó a cabo el 3 de noviembre de 1850.
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