Tal día como hoy 14 de octubre de 1962, un U2, avión espía norteamericano, regresa a su base tras una misión rutinaria sobrevolando la isla de Cuba. A bordo lleva unos negativos fotográficos que muestran unas instalaciones militares con gran movimiento de personal y tropas en torno a ellas, que parecen ser plataformas de lanzamiento de misiles.
En Washington, la CIA estudia las ímágenes a fondo y no habrá lugar a dudas: son silos para armas atómicas que estarán operativos en poco tiempo.
Se conoce como crisis de los misiles, a los trece días de octubre de 1962, en los que Estados Unidos y la Unión Soviética estuvieron a punto de comenzar una guerra nuclear por Cuba. La paz mundial estuvo seriamente en peligro, al borde de la Tercera Guerra Mundial.
Al descubrir los misiles soviéticos en Cuba, John Fitzgerald Kennedy, realizó un bloqueo militar contra la isla, creando un cerco con su flota y aumentando el número de sus tropas y aviones. El 26 de octubre Fidel Castro ordena abrir fuego contra aviones enemigos en vuelos de baja altura y el 27, un avión de EEUU es derribado y muerto su piloto.
En el momento de la crisis, Estados Unidos gozaba de una superioridad nuclear decisiva sobre la Unión Soviética, ya que poseía más de 400 misiles balísticos, en comparación con 78 en el arsenal de la URSS y la enorme ventaja estratégica, incluía los sofisticados submarinos Polaris, y la abrumadora fuerza de choque de unos 1.300 bombarderos nucleares, a diferencia de menos de 200 en el arsenal soviético.
Fidel Castro hizo suya la idea de los misiles nucleares en Cuba: "Es un movimiento muy arriesgado... pero si tomar tal decisión es indispensable para el bloque socialista, creo que estoy a favor del emplazamiento de los misiles en nuestra isla". Con el respaldo de Castro, el traslado secreto y el despliegue se puso en marcha.
Los historiadores reconocen que la crisis de los misiles, fue el momento más peligroso de la historia de la humanidad. Las gestiones del Secretario General de las Naciones Unidas, U Thant, contribuyeron a desactivarla, cuando instó a que se celebrarán negociaciones entre las partes. Esa medida entrañaría, por parte de la URSS, la suspensión de todos los envíos de armamentos a Cuba; y por parte de los Estados Unidos la suspensión del cerco y el registro de barcos rumbo a Cuba.
El 28 de octubre, la dirección soviética envió un mensaje a su embajador en Washington, indicando que Kruschev había aceptado las demandas del Presidente Kennedy, que incluía un pacto secreto para el desmantelamiento de los misiles estadounidenses en Turquía y el compromiso de no invadir Cuba.
Durante las negociaciones Castro fue ignorado, por lo que se sintió humillado, pero se mantuvo fiel aliado de Moscú a cuyos intereses expansionistas sirvió, enviando cuerpos militares a Angola, Mozambique o Etiopía.
Finalmente, la crisis se resolvió rápidamente y el 26 de octubre la URSS anunciará que los cohetes con cabezas nucleares serán retirados de Cuba, poniendo fin a la esplosiva situación mundial.
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