Tal día como hoy 7 de octubre del año 105 a.C. tiene lugar la Batalla de Arausio, en las orillas del río Ródano, al sur de Francia, cuando Roma envía a dos ejércitos para interceptar a las tribus migratorias de cimbrios y teutones, cuyos reyes son Boiorix y Teutobod.
Uno de los ejércitos romanos está dirigido por el cónsul Cneo Malio Máximo, y el otro, por el procónsul Quinto Servilio Cepio. Entre los dos comandantes romanos existen viejas rencillas que impiden una colaboración eficaz, de lo que, sin saberlo, se aprovechan las tribus germanas que obtienen una victoria abrumadora.
Se calcula que las pérdidas de las legiones romanas ascienden a una cifra entre los 100.000 y 120.000 hombres, contando tropas y personal auxiliar. Inexplicablemente, los germanos en lugar de continuar su avance contra Roma, darán la vuelta penetrando en Hispania.
Los cimbrios mandados por el rey Boiorix, y los teutones por el rey Teutobod, contaban con unas 800.000 personas de los cuales 200.000 eran guerreros y parecían estar dispuestos a abrirse camino hacia Italia.
Malio envió a su caballería, unos 5.000 jinetes, al mando de Marco Aurelio Escauro, con el doble objetivo de vigilar y disuadir al enemigo, pero consiguió el efecto contrario, ya que Escauro se acuarteló perdiendo la movilidad y, fue rodeado por 200.000 bárbaros, siendo capturado vivo y llevado ante el rey de los bárbaros Boiorix. Escauro, aristócrata arrogante, amenazó al rey bárbaro que si no se marchaba de inmediato, su pueblo sería exterminado y éste, lo mandó quemar vivo en una jaula de mimbre.
Después de la muerte de Escauro, el cónsul Manlio ordenó a Cepión reunir los ejércitos, éste obedeció de mala gana y apareció al fin cerca de Arausio, en la orilla derecha del río, y se jactó ante su tropa de que iba a ayudar al asustado cónsul.
Cepión, ordenó un ataque unilateral contra el campamento címbrio, sin embargo, la tenaz resistencia cimbria causó la aniquilación del ejército de Cepión y los címbrios, ante la perspectiva de una victoria fácil, se abalanzaron contra las legiones de Malio, moralmente hundidas, tras presenciar la masacre de Cepión y sus hombres.
Malio y su ejército, fue empujado contra el río Ródano donde trató de realizar la última defensa, siendo masacrado, produciéndose una gran mortandad entre los legionarios, muchos intentaron huir cruzando el río, pero el peso de las armaduras los arrastraba hasta el fondo, y perecieron ahogados.
Pero extrañamente, los bárbaros no invadieron Italia y címbrios y teutones se separaron, los címbrios marcharon sobre Hispania, mientras que los teutones eligieron el norte de Galia.
Tanto el cónsul Malio como el procónsul Cepio, sobrevivieron y ambos fueron juzgados en Roma bajo los cargos de ”pérdida del ejército”, siendo deshonrados y desposeídos de todos sus honores.
Antes de cuatro años, en el 101 a.C. volverán para dar un asalto definitivo contra Roma.
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